Para Taehyung [taekook]

01. Para Taehyung

Jungkook se asomó por la ventana de su cuarto, lo hacía cada domingo. Su vista lo reconoció fácilmente, vestido con un suave suéter gris y pantalones caqui, Taehyung ya llegaba de su clase de violín. Jungkook lo supo entonces, estaba enamorado.

Sin embargo, toda esperanza se caía cuando miraba sus piernas inmóviles, simplemente no podía decirle lo que sentía a ese joven, no cuando la mitad de su cuerpo no "servía". El menor vio como el castaño entraba a su casa, para momentos después salir de esta con un conjunto de ropa diferente. 

A Jungkook no le importaba como se vistiera, para él Taehyung era bello, incluso si vistiera un saco de papas él sabría como lucirlo.

 — Kookie, Taehyung vino a visitarte — se escuchó gritar a la madre del menor. Este hizo rodar su silla de ruedas hasta la puerta de su habitación. Al abrirla pudo verlo más de cerca.

Sus cabellos desordenados, sus rulos esparcidos y sin peinar, una simple playera blanca y esos holgados pantalones caqui. Jugnkook suspiró y le regalo una mirada de reojo, haciéndose a un lado para dejar pasar al mayor.

 — Hola, Jungkookie, no te he visto en días ¿Estás enfermo?  — Taehyung preguntó lanzándose a su cama despreocupadamente. Tomando una almohada, entrelazándola con sus piernas, un hábito común.

Taehyung estaba feliz.

 — ¿Cómo fueron tus clases de violín? — Jungkook giró sobre su silla, volviéndose a la ventana. Las hojas caían lentamente, se acercaba el otoño.

 — Van bien, ¿Cómo has estado, Kookie? — el castaño insistió, a pesar de la irritación creciente en el otro. Solo estaba preocupado por su mejor amigo.

 — Estoy bien, Tae — respondió cortante.

 — No me has visitado, ¿Ya no quieres ser mi amigo? — mostró un puchero que casi hizo que el corazón de Jungkook se derritiera. 

Te he extrañado cada momento y quiero ser más que un amigo.

 — He estado ocupado, supongo — contestó evasivamente — Ya me has visto, Taehyung, no estoy enfermo, solo he estado ocupado.

 — ¿Por qué estas así conmigo, Kook? ¿He hecho algo para que estés enojado?

Claro, ser tú. Tratarme tan bien cuando estoy roto por dentro. ¿Por qué me visitas cada día? Haces que sea todo más difícil para mí.

¿Por qué no solo te vas? 

 — Solo me duele la cabeza. Creo que deberías irte a casa. He visto a tus nuevos amigos por la ventana, están esperándote — el pelinegro señaló por la ventana hacia afuera, en donde tres jóvenes muy juntos esperaban en el patio. Tan pronto como dijo eso, el celular de Taehyung comenzó a sonar.

  Deberías dejarme, ¿Por qué no me dejas?

 — Volveré a la noche, mamá hizo lasaña, se que es tu favorita — prometió el mayor, antes de besar su mejilla y salir de la habitación.

Ojala me besaras más seguido, Taehyung. 

Impenetrables.

Era una descripción clara de su mirada.

Era café, cálida como el primer sorbo de café en la mañana,

O fría como la tierra después de una helada.

Podría no saber muchas cosas, como la talla de tu zapato,

Pero de algo estoy seguro;

Que no importa cuantas veces te mire

Tú jamás me miraras,

Y como lo harías, si tu eres un príncipe

Mientras que yo solo soy un simple, plebeyo.

Jungkook dobló el papel a la mitad antes de ponerlo en un sobre. Escribió Taehyung  en la parte superior, para después ponerse su mejor atuendo, antes de pedirle a su madre que lo llevara a la casa se Taehyung. Cuando esta desapareció de su vista, el pelinegro rodó en su silla de ruedas, empujando la carta en la casilla de mensajería.

Contento de que tal vez, Taehyung la leería mañana.