Capítulo N° 13

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Narra Matteo

Agarré rápidamente a Simón para envolverlo en un abrazo y colocar su cara en mi pecho. A esto llegó todo este cuento, a lágrimas. Acariciaba su cabello lentamente mientras sentía sus respiración y sus sollozos.

- Ya, Simón, no es culpa tuya - Decía - Por favor, no sigas llorando.

Me lastimaba verlo así, me siento un poco culpable de ser tan rudo con él y que cuando llegué, nunca me hubiese puesto en su lugar. Pasé de su cabello a acariciar su sien. Pero al parecer no mejoró las cosas, Simón se levantó y corriendo fue directo al baño.

- Simón, espera - Dije pero fue inútil, ya él estaba encerrado en el baño.

Me levanté y cuando llegué a la puerta empecé a dar unos toques.

- Simón, ¿Estás ahí? - Llamé

Volví a tocar pero como no escuché nada giré la manilla pero resulta que Simón estaba detrás de la puerta por lo que no pude abrir.

- Simón, no hagas esto, sal por favor - Pedí pero la puerta aún estaba dura por su apoyo

Me senté en la cama, esperando a que el saliera, sin dejar de vigilar la puerta. ¿Qué podría decir? "Simón, todo será como antes" NO, debía hacer que él estuviera bien, que nosotros estemos bien, sin hacer promesas que no sé si sean ciertas.

Volví a levantarme para volver a tocar la puerta.

- Simón, quiero decirte que... Agradezco todo lo que hiciste por mí. Tuviste que ser fuerte todo este tiempo. Yo también pensaba mucho en ti y no te quise llamar por miedo, miedo a que descubrieran que yo te llamaría, miedo a que no quisieras estar más conmigo, miedo a que tuvieras a alguien más. Lo tuyo nunca se comparará con lo mío, por eso te lo agradezco, todo. Y por lo que me preguntaste aquel día; sí, sí quisiera estar contigo Simón, porque yo no te podría olvidar.

La puerta se abrió, dejando a Simón y a mí frente a frente. Extendí mis brazos y me acerqué hacia él para abrazarlo, él sólo se dejó abrazar. Después de un tiempo así, lo tomé de las piernas para poder cargarlo y recostarnos juntos en la cama. Le di un beso en la mejilla y me acosté dejando que se acostara a mi lado con su cabeza sobre mi pecho. Le acariciaba el cabello mientras sentía su calmada respiración cuando estaba junto a mí, me gustó estar así.

Más tarde, escuché la puerta, puede que sea el almuerzo. Llamaba en susurros a Simón pero estaba tranquilo, sin moverse, en mi pecho. Cuando me acerqué a ver su cara, vi que estaba durmiendo. Se había quedado dormido, se veía muy sereno y muy tierno, no podía levantarlo, quizás está muy cansado.

Me levanté y cuando abrí la puerta me encontré con la persona que traía la comida. Era la misma chica de la otra vez, que mientras dejaba la comida trataba de coquetearme. Aún se veía igual como antes.

- Hola, guapo. Cuánto tiempo - Dijo

- Hola, ¿Cómo estás? - Saludé

- Bien, ahora mucho mejor sabiendo que estás aquí - Dice entrando a la habitación pero para cuando llega a la cama y ve que está Simón - Con un familiar, ¿eh? Debiste haberle apartado una habitación.

- No es exactamente un familiar - Mencioné guiñando un ojo

- ¿Ahhh no? - Dijo dejando la comida en la habitación, yéndose con fuertes pisadas y cerrando la puerta de un jalón.

Al parecer se molestó. Me acosté en la cama, al lado de Simón para llamarlo.

- Simón, levántate - Susurré en su oído para levantarlo - Simón, es hora de comer.

- Ummm ¿sí? - Dice con sueño, acurrucando su cara en mi pecho.

- Sí, vamos a comer - Dije dándole un beso en la mejilla.

- Me gusta - Piensa

- ¿Qué cosa? - Pregunto

- Nada - Responde y es cuando noto una gran sonrisa.

- Ya vuelvo - Digo levantándome a colocar la comida un poco más atrás dónde estábamos Simón y yo. Me volví a acostar a su lado y le llamé de nuevo.

- Listo - Dije

- ¿Listo qué? - Pregunta

- Vamos a comer - Respondí.

- ¿Qué hora es? - Preguntó parpadeando un poco

- La verdad, no sé. Llevo poco tiempo acostado contigo. Deben de ser las 3:00 - Hablo

- ¿Y a esta hora vamos a almorzar? - Pregunta

- Sí, justo ahora - Le dije

Abrió al fin los ojos y se separó un poco de mí. Sabía que estaba a mi lado porque le gustaba pero cuando reaccionaba se alejaba porque sabía en qué situación estábamos, aunque a veces prefiero qué ni se acuerde de eso.

- ¿Comemos? - Cuestiono

- Okey

Empecé a pasar un poco de cada cosa al plato de Simón. Tomé un filete, papas fritas, ensalada y pasé un poco de aderezo. Al pasarle el plato con los cubiertos, le deseé un buen provecho y le di un beso en la mejilla. Justo cuando ya estaba a punto de servirme, él pasó su tenedor con algunas papitas al frente de mí para comerlas, eso me trae algunos recuerdos de cuando nos dábamos la comida. Yo sólo abrí un poco mi boca y comí.

- Come conmigo, por favor - Pide colocando su cabeza en mi hombro.

- Lo que tú digas - Acepté

Simón comía al igual que también me daba a mí, jamás dejó que tocara algunos de los cubiertos, él era quién estaba al mando de eso.

- ¿Seguiremos conversando? - Pregunta Simón

- ¿Quisieras? - Hablo

- Sólo quiero que no tengamos dudas - Responde

- Está bien - Digo y hago una pausa para que Simón se prepare a mi pregunta - Ramiro y tú, ¿Qué pasó después de que le diste el sí?

- ¿Cómo que tipo de cosas? - Pregunta

- No sé, salidas, ver películas... ¿Dormir juntos? - Menciono a lo que me quedo en silencio

- Sólo salimos normalmente, nos besamos muy poco y sólo una vez llegó a quedarse en mi casa, sólo eso - Responde

- ¿Más nada? - Interrogo

- Más nada, te doy mi palabra - Dice - Tú eres el único que ha... Bueno... Sabes...

- Sí, sé que tratas de decir y me encanta saberlo - Sigo, sabiendo que Simón solamente ha sido mío. Lo amo y saber esto me dan más ganas de volverlo a tener junto a mí

- ¿Y tú?, ¿Algún hombre o alguna mujer que haya podido estar contigo? - Interpela quitándome de mis pensamientos

¿Seguiré Siendo Tu Amor Inevitable? (Sitteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora