Amanecer y atardecer.

Esclavitud.

Cuando uno ama y con todo el corazón, no importa como sea,

Ni cuando, ni donde. Sólo quieres estar con quien deseas. 

Pero hay una línea poco visible entre la esclavitud y la libertad. Y todo esta en la mente. 

Entre las sombras nada es igual, todo es emociones al límite. 

Cuando es en la luz, todo es responsabilidad, pero es menor la carga.

Y esa pequeña esclavitud nos hace guardar silencio. 

No quiero hablar, para que hacerlo sí mi amo no me escucha. Mi labor es sólo servirle. 

Qué debo de hacer. No lo sé, sólo haré caso a las ordenes de quien le soy devoto. 

¡Shhhh! Sólo soy esclavo de quien me compró.

Aunque tenga voz en todos lados con él, mi amo, no puedo hablar. 

Mi amo me hace suya, como marido y mujer, pero estoy callada mientras me jode.

Mi amo, denigra mi persona, pero soy feliz lamiendo su mano, como el perrillo y la migaja. 

Mi amo ni siquiera me ama, pero está conmigo. 

Él cuando quiere regresa, regresa por mi, mientras me dedico a labrar mi tierra. 

Se siente orgulloso de mi cuando soy libre, pero cuando ha sido mucha emoción me aplasta. 

Y le doy permiso porque soy suya. Como su mujer, como su esclava. 

Y aunque tenga su esposa, me busca a mi. 

Mi esclavitud esta en mi mente, porque he sido libre hace mucho. 

Pero mi amo nunca se va. 

Y me toca servirle. 

Le he de dar de comer y descansar, sí el me quiere Joder, no detendré a Satan.