Capítulo 8: "Mi regreso: Siempre a tu lado"

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Una pelinegra se encontraba sentada en una mecedora bebiendo una infusión caliente, mientras su padre y una rubia de cabello corto hablaban con ella.

Fue una gran decisión Milk, como dice tú padre ese niño o niña te dará muchas alegrías amiga, decía Dieciocho.

La pelinegra no respondió nada, solo sonrío ligeramente mientras colocaba una de sus manos en su aún imperceptible vientre.

Señorita Dieciocho, ¿usted cree que no le permitan culminar a mi hija con sus estudios por el embarazo?, decía preocupado el señor Ox.

No, no creo que pase ello, al contrario, estoy segura que el director le brindara su apoyo, al igual que los compañeros, es más Zamas y los chicos que te conocen me han preguntado mucho por ti, incluso Zamas quiso venir a verte, pero yo le dije que te lo consultaría, respondió la rubia de cabello corto posando su mirada en su amiga.

Ya no tiene caso esconder lo que me pasó, ya todos lo saben, dijo Milk con cierta nostalgia en su voz, haciendo una pausa para continuar diciendo: Además un embarazo es algo que no podre ocultar, y tampoco quiero hacerlo, no quiero esconder mi embarazo, no quiero que mi hijo o hija, sienta que me avergüenzo de él, después de todo él no es culpable de nada.

Así es hija, mi futuro nieto o nieta, no es culpable de nada, respondió el señor Ox.

Luego de algunos minutos más de plática, la rubia se retiró de la casa de su amiga, quedando en volver otro día, junto a algunos jóvenes de la preparatoria que apreciaban a la pelinegra.

Ciudad Azul:

Un apuesto jovencito de cabello alborotado platicaba por teléfono con alguien, mientras estaba sentado sobre una vieja silla de madera.

Entonces no sabes nada más de ella, decía Gokú.

No amigo,...., no, aunque mi rubiecita ha estado algo misteriosa, ella es en realidad la única que la frecuenta,...., y a todas estás, ya te di su número, ¿por qué no la has llamado?, escucho el joven de cabello alborotado.

¡Eh¡ si lo hice, pero nunca la encuentro para que tome mis llamadas, respondió Gokú, mientras pensaba: No puedo decirle que por cobarde no me atrevo a llamarla.

Que extraño,....., escucho el joven de cabello alborotado.

¿Aún no llegan tus amigos?, dijo Gokú.

Acaban de llegar, mi rubiecita, también ya llego, voy cortando amigo, pero si me entero de algo te llamo para contártelo, escucha el joven de cabello desordenado.

Bien, dijo Gokú, mientras pensaba: Milk, necesito saber de ti, necesito saber de ti, te extraño, quisiera estar a tu lado, quisiera escuchar nuevamente tu voz, ver tu hermoso rostro, pero, pero, mi cobardía, mi cobardía me impide volver a pararme frente a ti.

En tanto:

En un lujoso restaurante de otra ciudad un grupo de jóvenes tras saludarse respectivamente, se encontraban platicando mientras esperaban sus pedidos.

No te preocupes Dieciocho, tú no tienes la culpa de nada, era lógico que tú hermano se fuera con ellos si le ofrecían un lugar en el consejo, después de todo Diecisiete no se llevaba mal con ellos, decía Zamas.

Gracias por la comprensión, y por separar la amistad, de otros asuntos, respondió la rubia de cabello corto.

No hay nada que agradecer, mejor cuéntanos, ¿cómo esta Milk?, ¿hoy fuiste a verla verdad?, decía Zamas.

Sí, si fui a verla, le comenté que ustedes también quieren ir a visitarla......, decía la rubia de cabello corto, mientras los jóvenes la escuchaban con atención.

"EMPECEMOS DE NUEVO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora