Capitulo 3

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Los dos se quedaron sorprendidos por lo ocurrido, ya que estaban acostados dentro de la fuente, Latis con la espalda en los fríos azulejos y Lucy sobre él, y ambos estaban completamente mojados.

Para sorpresa de Latis, Lucy tres unos segundos, estallo en carcajadas, el corazón de Latis dejo de latir o empezó a latir por primera vez en su vida, él no estaba muy seguro de eso, solo sabía que algo muy fuerte ocurrió en su pecho, y no fue el peso de Lucy, que por cierto le era delicioso a Latis, no, mas bien fue algo que le calentó el alma, y decidió que era la risa de Lucy, lo que hizo que se sentía muy feliz de ser él quien ocasionara su risa, que esa risa era solo suya, como ella, aparir de ahora y no sabía como, pero su meta en la vida seria poner esa risa, esas carcajadas en su cara, y también se encargaría de tenerla en esa posición, sobre su cuerpo de esa manera, entre sus brazos, siempre.

De pronto Lucy dejo de reír, y sus bellos ojos rubí se clavaron en los cobaltos de Latís, y él no lo soportó mas, todo auto control lo abandono, y le clavo él beso mas apasionado que el propio Latís hubiera sentido en su vida, fue la sensación, mas completa que jamas había experimentado, llenándolo de una calor abrazador, de un fuego que le recorrió las entrañas, los labios de Lucy eran suaves, delicados, tibios, húmedos, embriagadores, su boca sabía a gloria, a promesas, tenía un toque dulce, y burbujeaste, en ese preciso instante Latís supo que nunca podría pasar de los labios de Lucy, que los tenia que tener para el resto de su vida.

Lucy tenía las manos apoyadas en el pecho de Latís, pero al intensificar el beso, ella las deslizó sobre el mismo, y las llevo a su cuello, acción que Latis aprovecho para estrecharla mas contra él, ella emitió un pequeño gemido, y le abrió la boca, para que él pudiera adueñarse de ella, Latís gimió, cuando la lengua de ella le acarició las profundidades de su boca, él la apretó aun mas fuerte, podía sentir cada cueva, cada hueso del delicado,y cálido cuerpo de Lucy, y no la hubiera soltado nunca, de no ser por que le fue imperativo respirar.

Latis abrió los ojos y vio como Lucy seguía con los ojos cerrados, hasta que los abrió y lo vio directo, de pronto la realidad llego a ella y él pudo saber el preciso instante en que ella reaccionó, Latis se maldijo por perderse en su mirada, y no haberla aturdido de nuevo con otro beso, para no dejar que ella nunca se le escapara de las manos.

La conmoción en la mirada de Lucy lo deprimió, por que él quería que ella lo quisiera besar tanto como él quería.

-¿porque me besaste?- le dijo ella con un susurro, al tiempo que se toco los labios.

-por que lo he deseado desde que te vi - él nunca decía lo que pesaba realmente, pero lo que le había dicho era completamente verdad, lo había desea, la seguía deseado y estaba seguro de que lo desearía de por vida.

De pronto la mirada de sorpresa de Lucy cambio a una de furia total, - estúpido engreído- dijo al tiempo que se ponía de pie a duras penas, - como se atreve a insultarme de esa manera, patán, arrogante, miserable, poco hombre...-

Latis se puso de pie y la jalo con sigo, y no pudo evitar reírse de un poco de ella, - tu también me besaste dulzura-

La cara de Lucy era un poema, quedo mas roja que su cabello, y sus ojos despedían fuego, Latís estaba seguro que a ella también le había conmocionado el beso, y se lo iba a probar, - y te gusto, y deseas que te bese otra vez, Lucy - le dijo y la jalo de nuevo contra su pecho, y la beso, pero esta vez el beso, fue mas posesivo, con mas hambre, lleno de pasión, Latis estaba dispuesto a mostrarle quien era su dueño a partir de ahora, y que ella lo deseaba tanto como él-

Lucy trato de luchar, pero solo fue por una milésima de segundo, por que se entrego al beso y lo respondió con la misma fuerza, con la misma pasión, y despojo, Latís, la estrecho contra su cuerpo, hasta el punto donde Lucy pudo sentir su erección contra su vientre, las manos de Latís la recorrieron la espalda hasta llegar a su glúteos, y la elevo, ella se sujeto del cuello de Latís, y enredo los dedos en el cabello corto y sedoso de su nuca, aplastando sus exuberantes senos contra el dura pecho de Latís, ella gimió y el le devoró la boca.

Yo Compro a esa Mujer (4ª Historia de la serie Las Inalcanzables)(en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora