Capítulo 39

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Zac

La estás asustando amigo.

Las palabras de Ethan se repiten sin cesar en mi cabeza y los ojos aterrados de Em me persiguen. La perdí, lo sé, soy un maldito idiota.

Estoy sentado en el piso del baño de hombres en el gimnasio desde hace casi media hora, no pude evitar entrar corriendo y expulsar todo el contenido de mi sistema por el retrete de solo imaginar a un tipo tomándola por la fuerza. Cierro los ojos una vez más tratando de calmar mis necesidades de asesinar, porque eso es lo que quiero. Deseo encontrar al hijo de puta y sacarle en corazón por la garganta por haberse metido con ella.

Por eso tenía miedo cada vez que la tocaba o llegábamos más lejos con nuestros besos. Maldición, ella debió estar aterrorizada y yo no lo noté. Me siento como si yo hubiera sido el que causó ese asqueroso trauma, tal vez no de primera mano, pero sin duda ayudé a alimentarlo al no darle el tiempo suficiente para que se sienta a salvo conmigo.

Ni siquiera me importa la maldita llamada que recibí hace rato porque por más grande que sea la oportunidad, no valdrá nada si pierdo a Em en el proceso.
La puerta se abre y escondo mi rostro entre mis rodillas. Espero a Ethan, pero es Bridget quien me rodea con sus pequeños brazos intentando consolarme. Todo el rompecabezas se arma en mi mente poco a poco desde el día en que la conocí, son mentiras, todas y cada una de ellas.

— Tú lo sabías —musito apartándome de ella—. Al igual que Garrett y Logan. —Ella asiente y me siento traicionado. Confió en cada uno de ellos, pero no en mí.

— No te adelantes a los hechos, su amiga Tara fue quien habló conmigo en un principio y fue sin su consentimiento, Garrett no tengo idea de cómo se enteró y Logan es su psicólogo, cariño. Ella estaba esperando el momento adecuado para contarte lo que le pasó y tienes que entender lo difícil que puede ser para una chica decir algo de tal magnitud. —Termina su explicación con un gran suspiro y sé que tiene razón.

— ¿Cómo la voy a recuperar? —pregunto avergonzado y ella me regala una dulce sonrisa.

— Creo que hoy ya pasó demasiado, vamos a casa y te prepararé algo rico para que te sientas mejor y mañana puedan hablar los dos con calma.

Asiento sin discutir porque no tengo las fuerzas para hacerlo. Si Em no me perdona no sé qué voy a hacer. Fui tan insensible al respecto y el dolor crece a cada segundo porque la amo. Joder estoy tan enamorado de esa chica y si la pierdo, no creo poder seguir con esta mierda a la que llamo vida.

Logan no dice nada cuando ambos subimos al auto y supongo que Bridget lo puso al tanto de todo por teléfono. No quiero ir a casa, necesito estar con ella porque cada minuto que pasa es tiempo que pierdo para poder arreglar las cosas, pero sé que Bridget tiene razón y aunque a mi parte egoísta le cueste aceptarlo, ambos debemos estar solos ahora.

Mañana es la pelea contra Dawson, pero no tengo fuerzas y si no arreglo las cosas con Em estoy más que seguro de que no las tendré nunca. Necesito ese dinero, pero la necesito más a ella porque he estado jodido demasiado tiempo y si no me da una oportunidad, volveré a ese oscuro lugar y esta vez no habrá retorno.

Las ideas siguen yendo y viniendo. Los escenarios fatales se siguen creando y desvaneciendo. Mi mente sigue jugando y perdiendo. Todo eso causa ella en mi vida y no estoy listo para perderlo.

Cuando entramos a la casa decido no cenar y subo directamente a mi habitación para tirarme en la cama con el teléfono en mi mano. Miro su número por varios minutos que parece una eternidad y dejo caer el aparato entre las sábanas. Ella necesita espacio. Me repito eso constantemente hasta que mis músculos se relajan y mis parpados luchan hasta caer rendidos contra el sueño que me envuelve. No le doy espacio a las pesadillas esta noche, mi cerebro quiere hacerme sentir bien y solo sus besos, junto con una dulce sonrisa me acompañan por completo.

Apenas muerdo el segundo bocado del pan tostado que Bridget preparó, cuando el teléfono vibra por segunda vez sobre la mesa. Rechazo la llamada nuevamente del número desconocido porque solo me interesaría contestar si sé que es ella. Una maldición es expulsada de mis labios y me disculpo con mis tíos mientras salgo de la casa para contestar al insistente número privado.

— No sé quién eres, pero no es un buen momento —escupo con molestia.

— ¿Zac? —Una voz femenina inunda el otro lado de la línea—. Soy Tara, la amiga de Em.

— ¿Ella está bien? —Mi corazón comienza a martillar con fuerza y la culpa comienza a consumir mi sistema con la simple idea de que le haya pasado algo.

— Sí, escucha, necesito que me veas en la cafetería que está cerca de tu gimnasio en veinte minutos —dice con rapidez, como si estuviera ocultándose para hablar.

— Claro —contesto de manera indecisa.

Cuelga el teléfono sin decir nada más y me quedo mirando la pantalla por varios segundos antes de salir corriendo por las llaves del auto de Logan.

El maldito tránsito me hace perder los pocos nervios que aún tenía y cuando me estaciono frente a la cafetería siento que voy a vomitar.

La amiga de Em se encuentra en una de las mesas del fondo mirando hacia la ventana y su pierna no deja de rebotar de forma ansiosa. Cuando me ve, levanta la mano y avanzo a toda velocidad hasta sentarme frente a ella.

— Iré directo al punto —dice abriendo su bolso sin mirarme siquiera—. Mi mejor amiga tiene el corazón roto por tu reacción al enterarte de lo que le sucedió así que te haré una sola pregunta.

— Mi intención nunca fue esa yo…

— ¿La amas? —pregunta la chica asiática sin un ápice de paciencia.

— Completamente. —Ella parece bajar la guardia ante mi respuesta, pero se recupera casi al instante y pone unos papeles frente a mí.

— Tu vuelo sale en tres horas y ella ya está allí. —Miro el pasaje con destino a Italia y frunzo el ceño—. Su madre se encuentra allá y ella quería tener su compañía, el pasaje ya está pago junto con la reserva en el hotel. No creo que haga falta decir que Em no tiene idea de todo esto al igual que mi prometido, pero ambos sabemos que es mejor así.

— Yo… Esto es muy costoso —balbuceo mientras intento procesar toda la información.

— ¿Te lo estoy cobrando? —pregunta con desdén y solo me atrevo a negar con la cabeza. No parece una chica a la que le guste discutir o poniéndolo de otra manera, no creo que acepte un no por respuesta.

— ¿Ella querrá verme? —Su gesto se suaviza y me da una pequeña sonrisa.

— Estoy segura de que sí. —Ella toma mi mano y me da un apretón—. Solo trata de entender por qué no te lo dijo.

— Ahora lo sé.

¡Hola! He estado un poco desaparecida jaja mucho trabajo 🤦‍♀️ el capítulo es corto por lo que mañana subo otro para compensar 😏 creo que este es el último que escribo desde el punto de vista de Zac, pero aún no estoy segura porque como saben, voy escribiendo sobre la marcha 😅 muchas gracias por leer y espero que les guste ♡ los leo...x

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