•TRES•

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''Amigo, por favor quita tus manos de
tus ojos para mí
Sé que quieres irte, pero...
Amigo, por favor no lleves tu vida lejos de mí''

Friend, Please - Twenty One Pilots



El detective Kim poco y nada tomaba en consideración las recomendaciones de su superior, pese a ello, lograba permanecer con tranquilidad en su silla mientras el hombre que tenía más pelos en su cara y manos que en su cabeza continuaba reflexionando sobre el último caso.

—...Lo que quiero decir—prolongó el silencio con ese gesto particular que hacía con sus manos: Abría la palma derecha en dirección al techo y a la altura de su tórax, luego dibujaba círculos en el aire con el dedo índice, sin mover el resto de su mano. El detective Kim había considerado por años que se trataba de un gesto inconsciente que el sujeto realizaba cuando mentía, sin embargo, para cuando dejó de ser un novato tuvo otra perspectiva; ya que se hablaba de un superior tan talentoso como tedioso, el joven detective supo que aquello era intencional, cuando el superior Choi quería que supieran que mentía. Pero al cabo de un corto tiempo, descubrió también que eso lo hacía cuando se encontraba entusiasmado con algo.—¿Estás oyendo?

—Sí, dices que mí culpable fue incriminado por el verdadero.—Contestó con simpleza a una observación que el sujeto hacía todo el tiempo.

—Chico, no quiero menospreciar tu trabajo, yo estuve en tu lugar y he cometido los mismos errores que tú—Choi siempre que decía "no quiero menospreciar" hacía una mueca de lado muy similar a una sonrisa burlona, evidenciando que era eso precisamente lo que quería hacer—Lo digo para que no cometas los mismos errores que yo, porque te aprecio como apreciaba a tu padre. Tu padre me dijo eso mismo con respecto a mi esposa y fui necio como tú, ahora mírame...

Todo con el superior Choi terminaba decayendo en manos de la historia de su esposa y su separación, historia que todo el departamento había oído muchas veces ya.

Aunque al joven se le daba bien ignorar a alguien a la vez que fingía oírlo, agradeció que la conmoción en la entrada tomara la atención de todos, incluso de los detectives Choi y de él mismo.

El primero en salir de la oficina fue su superior, mientras que el detective Kim revisaba la hora. Podía irse ya.

Se levantó de su silla de cuero y tomó la chaqueta reposando en el espaldar de esta. Cerró su laptop y la metió en el portafolio, tomó las notas dispersas en el escritorio y fotografió la pizarra de corcho con unas cuantas fotografías colgadas.

Volvió a revisar la hora y salió.

Cruzó el pasillo que llevaba a las áreas sensibles del departamento y llegó a la entrada, donde las oficinas separadas por nada más que una maceta con una planta de plástico entre sí desarrollaba una acalorada escena. Una de las tantas en esa noche.

Ahí, donde se tomaban las denuncias y retenían a los alborotadores, siempre se oían gritos, llantos y miles de historias por día de personas que habían sido acusados mayormente por delitos menores. Nunca llamaba la atención del detective, salvo por ese trío que llevaba gritando desde hace una media hora.

—¡Él estaba siguiéndome!—Vociferó la joven de no más de 20 años que, lejos de mostrarse afectada por lo que contaba, estaba cabreada.—¡Es él el único sospechoso aquí!

—¡¿De qué estás hablando, mocosa?!—Gritó a la defensiva el más viejo de los tres, quien a su vez portaba una imagen de una persona adolorida—¡Yo sólo volvía a mí casa del trabajo! Oficial, escúcheme, por favor, estas personas son los culpables, él me atropelló por la espalda y ella en lugar de ayudarme me golpeó, son ellos los que planearon atacarme.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2019 ⏰

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