He querido preguntarle a Nereida sobre la visión que tuve pero no quiero que piense que estoy loca y dadas las circunstancias no es el momento más prudente para hacerlo, primero debemos encargarnos de rescatar a los demás con vida.Las sirenas son criaturas muy poderosas, pero, como todas las criaturas del agua son muy sensibles a todo, Nereida las conoce bien, es decir a estudiado su comportamiento e historia puesto que tiene muchísimos años y dice que Nerium Oleander, una planta, les causa una reacción alérgica terrible, que puede dormirlas o incluso llevarlas a la muerte, por eso el plan es arrojar un poco del polvo de la planta en el lago en donde tienen cautivos a los chicos.
Quisiera adivinar los planes que tienen las sirenas con los hombres ya que según Dake su intención no es matarlos, aunque eso no significa que en caso dado, si sus planes no salen como lo esperan no lo harían.
Lo más difícil del plan es acercarse al lago, puesto que, aunque ellas no puedan salir del agua sus poderes son lo suficientemente fuertes como para tener algo de control afuera, con eso ya nos las arreglaremos.
Durante el camino Shey y Nereida han tenido una pequeña discusión acerca de la apariencia de las sirenas ya que Shey ha dicho que son criaturas horribles y Nereida defiende que son hermosas, no tan hermosas como ella por supuesto.
He notado que a Shey le molesta que le lleven la contraria, lo que me resulta un poco gracioso porque a veces Nereida parece que lo hace a propósito, la conversación empieza a tornarse más seria hasta que Shey empieza a maldecir por todo lo que está sucediendo.
—Todo por el maldito ópalo— dice lanzando una patada al aire, trata de controlar su rabia pero al parecer el autocontrol no es una de sus cualidades — Tantas muertes por una búsqueda absurda, el ópalo ya ni siquiera existe.
Noto que Nereida baja la mirada.
—¿Cómo lo sabes? — le pregunto, tratando de no sonar tan interesada.
Aunque suene raro Shey me responde.
—La manada de mi padre hace unos años lo custodiaba, hasta que un maldito humano vino y lo robó — esto último lo dijo lanzándole una mirada furiosa a Nereida.
—¿Lo robó? ¿Y qué pasó? — volví a preguntar.
—El muy tonto se lo llevó al territorio humano desconociendo el poder de la piedra, dicen que arrepentido volvió para devolverlo pero al ser un humano débil y frágil su cuerpo poco a poco fue enfermando hasta morir y con él la piedra desapareció— respondió, luego de un rato Shey hizo una mueca de fastidio y se adelantó un poco.
Desapareció, solo un rayo del alba puede destruir al ópalo, eso no quiere decir que ya no exista, solo es que quizá nadie ha podido hallarlo, debería hablar con Nereida, desde que Shey habló de ello se puso muy nerviosa, como si le incomodara o tuviera algo que ocultar, desde luego y como pasa últimamente mi visión no es una simple coincidencia.
A media que nos acercamos al lago Hell la tierra se va volviendo húmeda y los árboles aún más oscuros, parece ser que soy la única muriendo de frío.
—Alto — dice Shey en tono bajo, mientras se oculta detrás de un árbol.
La imitamos.
—No hagan nada hasta que yo lo ordene— dice en tono serio.
Miro hacia el frente, el lago tiene un color verde que resulta algo repugnante, ¿será normal? Identifico en una zona bastante profunda del lago cuerpos flotando cubiertos de algas, veo como una horrible criatura con cola y largos cabellos arrastra por el agua un cuerpo hasta donde están los demás, ¿Gab? Llevo mi mano a mi boca intentando ahogar un grito.
—No debimos venir— dice Nereida, su voz demuestra el miedo que siente.
—No podemos irnos, tenemos que ayudarles— hablo intentando controlar mi nerviosismo.
—Nadie se irá a ningún lado, aún podemos salvarles— habla Shey— lo que haremos será lo siguiente...
Antes de que Shey pueda terminar de hablar pasa lo más lógico y lo que ninguna de nosotras siquiera llegó a pensar, Dake que había permanecido en silencio todo este tiempo salió de detrás del árbol revelando nuestro escondite, aunque Shey intentó detenerlo Dake estaba en una especie de trance, Shey fue tras su hermano que cada vez estaba más cerca del lago, al hacerlo, largas algas empezaron a nacer de la tierra hasta enredarse en los pies de la chica, quien empezó a gritar furiosa hasta convertirse en lobo, se deshizo con facilidad de las algas, pero estas renacieron en mayor cantidad y aunque Shey las evadió lo suficiente como para evitar que Dake entre al lago arrojándolo lejos, no pudo escapar de las algas y se vio atrapada otra vez.
—Tenemos que echar el polvo — me dijo Nereida con miedo en sus ojos.
—Bien— asiento y tomo la lanza de mi espalda.
—Yo les distraigo y tú lo haces— dice arrojándome un frasco con cierta cantidad de polvo dentro— Si lo que quieres es matarlas tienes que vaciar el frasco, sino, solo con un poco bastará.
Tomo el frasco y Nereida sale corriendo, creo que no es un buen plan, después de todo era Shey la que daba órdenes, veo como sigue luchando contra las algas, pero estas cada vez son más, Nereida por otra parte es ágil y logra esquivarlas, tengo que hacerlo ahora.
Corro en dirección al lago, las algas no tardan en venir por mí, con la lanza corto algunas antes de que pueden atraparme, Shey se queja, su pelaje blanco está cubierto casi en su totalidad por las plantas y emite sonidos de dolor, estoy próxima a llegar a la orilla del lago cuando una de las ramas se enreda en mi pie haciéndome caer, la corto y me arrastro hacia la orilla del lago, Nereida se acerca y varias algas se enredan en sus pies, tomo el frasco y lo destapo, solo tengo que verter un poco dentro del agua, cuando me acerco al lago, un alga se enreda alrededor de mi muñeca y me arrastra hacia el agua, todo el contenido del frasco de vierte en el lago.
El alga me arrastra y aunque intento zafarme no lo consigo, solo bastaran unos minutos para que el polvo haga efecto, tengo que resistir. El alga que me sujetaba me suelta, me ha arrastrado hacia una parte muy profunda del lago, muevo mis pies bajo el agua y siento algo debajo, unas manos me sujetan y me hunden, intento liberarme pero me es imposible, el agua entra en mis fosas nasales y mis pulmones piden aire, varias criaturas horrendas nadan a mi alrededor, sus rostros aunque deformes demuestran la satisfacción que sienten, emiten sonido que hacen que mis oídos duelan.
Saco fuerzas y golpeo a la sirena que sujeta mis pies intentando liberarme, nado hacia la superficie y cuando estoy a punto de llegar varias sirenas rasgan mi ropa y vuelven a sujetarme y sumergirme, mi cuerpo pide oxígeno, y justo cuando creo que todo está perdido el sonido se vuelve más grave y la sirenas empiezan a retorcerse y me sueltan, aprovecho su momento de dolor para salir a la superficie, sé que están muriendo y aunque ellas me hubiesen matado no puedo evitar sentirme culpable.
ESTÁS LEYENDO
El ópalo de fuego.
FantasyEl planeta tierra ya no es lo que solía ser, tras el resurgimiento mágico gracias a una tregua, los seres humanos han convivido en un nuevo y reestructurado mundo con toda clase de seres que antes solo eran considerados fantasías. Hadas, elfos, lic...