El encapotado cielo de Londres nos da la bienvenida aquel Lunes 9 de enero.
Ha sido un fin de semana maravilloso y reconozco que aún tengo agujetas por todo el cuerpo. Daniel es insaciable y yo me estoy haciendo igual que él o peor. Este fin de semana he sacado a relucir una parte de mi que no conocía. Como diría Grace, "tu parte de mojigata a muerto" y tenía razón, no se haría una idea de cuanto.
– ¿Te veré hoy para comer? –me pregunta Daniel detrás de mi.
– Por supuesto, siempre que no me maten al llegar al trabajo por tantas vacaciones.
– No lo harán. –dice sonriéndome haciendo que me derrita.
Cuando aterrizamos en el lluvioso Londres me dan ganas de rebobinar la cinta y estar de nuevo juntos en la villa de Menorca. Pero tengo que ir a trabajar, no quiero perder mi empleo por estar todo el día pensando en lo maravilloso que es tener un orgasmo junto a Daniel. Ha llegado la hora de volverse serio.
La oficina está hasta arriba cuando entró allí a las nueve de la mañana. Todo el mundo va de un lado para otro, con un ajetreo de narices y me doy cuenta que eso a pesar de todo también lo he echado de menos.
Grace es la primera que me da un tirón de orejas por haber estado incomunicada todo el fin de semana pero cuando le cuenta la razón de esa desconexión su boca parece a punto de desencajarse.
– ¿Me estás diciendo que te llevo a una villa en Mallorca y que estuviste follando con él durante casi las 24 horas del día? ¿Eso es sano?
– No sé si será sano o no pero te puedo asegurar que no he sentido tantos subidones de adrenalina en mi vida.
– ¡Cabrona! ¡TE HAS LLEVADO AL DIOS DEL SEXO!
– Creía que Tom se había llevado ese papel.
– ¿Estás de coña? Por lo que cuentas Cavill tiene que ser insaciable. Ojala pillara yo uno así. –dice jugando con uno de los bolígrafos que tengo desperdigados por la mesa.
– Pobre Tom.
– No me quejo pero... ¡Joder Spens... haces que me muera de envidia!
– Pareces una ninfómana hablando así Grace.
– ¡Eh! –dice ofendida y yo no puedo evitar soltar una carcajada al mirarle la expresión.
– Venga no te enfades anda...
– Amiga eso ha sido un golpe bajo. Te perdono si comemos juntas.
– Había quedado con Daniel, pero cancelaré la cita y comeremos juntas.
– Así me gusta las amigas lo primero pero no sé si podré satisfacer tus necesidades sexuales. –dice guiñándome un ojo.
– Idiota eres.
– Bueno te dejo que se supone que venía a por fotocopias. Nos vemos a la una en el vestíbulo.
Grace se va contoneándose por la oficina hasta que llega al ascensor y antes de cerrarse las puertas me saca la lengua y se va hacia su puesto.
Continúo con el articulo que me han encargado esa misma mañana cuando recuerdo que tengo que llamar a Daniel para decirle que no podemos comer juntos.
Rebusco mi teléfono en el enorme bolso que he traído esta mañana y antes de encontrarlo está sonando. Es Daniel.
– ¿Como va el día?
– Mejor de lo que pensaba ¿y a ti?
– Complicado.
– ¿Por qué?
ESTÁS LEYENDO
30 Días ©
RomanceSpencer Mills tras empezar como columnista en German Phillips, uno de los periódicos más famosos de Londres, conocerá a la persona que le cambie su vida para siempre. Harta de planificar su vida constantemente decide correr el riesgo y conocer a Dan...