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"Durmiendo en familia"

Nathalie estaba leyendo un libro en su alcoba, la cual el señor Agreste le había preparado para ella, aunque también con unos retoques al gusto de Nathalie.

Ella estaba respaldada en el respaldar de su cama mientras que estaba concentrada en la lectura, el cual era: Le Tour du monde en quatre-vingts jours.

Recorría la página con sus delicados dedos mientras que con la otra mano tomaba un sorbo de su agua y depositaba el vaso en su mesita de noche del lado.

Cuando iba por la parte interesante del libro, escucho tres pequeños golpecitos en su puerta, esta gruño del fastidio que le acababan de hacer.

Dejo su libro a un lado mientras que las gafas también, veía entre medio sin las gafas, pero lo suficiente como para diferenciar de cerca.

Se levantó de su cama y se ordenó el cabello a un lado de su cuello mientras que abría la puerta, ahí restregándose el ojito, se encontró a un Adrien soñoliento y adormilado, se le hacía tierno, pero... ¿que hacía este niño levantado a las diez de la noche?

Ahorita estaba por averiguarlo ella, y claro que lo haría.

—¿Adrien, que haces despierto a estas horas? — dijo la azabache mientras que se agachaba a la altura del pequeño y este la miró con esa carita tierna de recién levantado que tenía el pequeño.

—Tuve una pesadilla, esta lloviendo a cántaros y quiero dormir contigo mami.

Nathalie suspiro, ya llevaba más de un mes que el pequeño le venía diciendo así, y no es que le molestaba solo que no sabía si eso a Gabriel le agradaría, sabía que ese señor podría llegar a ser un completo arrogante.

Cerró sus ojos unos momentos y se pasó la mano por su cabello, abrió los ojos y se encontró con un Adrien inflando los cachetes y frunciendo su ceño.

—¿Ahora que haces? —Dijo ella frunciendo su ceño, el pequeño deshizo su carita y la puso en una sonrisa.

—Nada mami, solo quería poner mi cara de enojado para ver si así accedías a que durmiera contigo.

Dijo jugando con sus dedos de las manos, ella sonrió.

—Primero iremos a la cocina para prepararte un poco de leche caliente, ¿sí, cariño? —Él asintió. —Ok, espera un momento aquí.

Volvió a asentir, mientras que la azabache se fue dentro de su recámara y se puso sus pantuflas, volvió con el pequeño de cinco años y cerró su puerta detrás.

Cargo al pequeño poniéndolo en su lado de la cadera mientras que él recostó su cabeza en el hombro de su 'madre'.

Bajo las escaleras con el pequeño ya casi durmiéndose por los mini arrullos que la azabache le estaba dando.

Al llegar a la cocina, ella prendió las luces y puso al pequeño encima de la isla mientras que este veía con sumo cuidado lo que iría a hacer su madre.

Nathalie saco un vaso de plástico, el cual era del pequeño, su típico vaso que nadie podía tocar a no ser que le prepararan algo en este dicho.

Solo por diversión. [Gabriel x Nathalie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora