Los Cocodrilos: el asesinato

Capitulo 1 Katia

Katia se paró justo delante del chalet donde pronto ella y su familia adoptiva se alojarían, su pelirrojo pelo suelto medianamente largo se tambaleaba con cada paso que daba, llevaba unos pantones vaqueros, tenia una camisa rosa que por delante era mas corta que por detras, en la espalda ponía "the people are so fake" (la gente es muy falsa) y unas manoletinas

Sus enormes ojos verdes, observaban con mucha desilusión su nueva casa, su nuevo pueblo; su nueva vida.

Se había mudado por que su hermana pequeña tenía asma, y necesitaba respirar aire que no estuviera contaminado.

En su familia eran cinco, bueno, siete, contando com el pequeño chiguagua; Cloe, de su hermana mayor Lina, una adolescente de dieciocho años, odiosa, irritante pero muy hermosa y popular.

Katia prefería los gatos, el suyo era negro con ojos azules, lo había llamado Music por que a ella le encantaba la música.

Y luego estaba Sina, la hermana más pequeña, tenia seis años, sufría asma y una leve dislexia.

Las tres niñas no tenían el amor de unos padres, por que estos siempre estaban de viaje.

Su ama de casa; Olga y de chofer; Alejandro hacian todo el trabajo.

Katia había crecido en el horfanato, y con seis años la sacaron de alli, siempre había mostrado gran capacidad para todo; era superdotada.

Entró a la casa con sumo cuidado, la casa tenía ese olor a nuevo.

Detrás de ella paso Lina, que estaba escribiendo mensajes a sus amigas sobre lo mucho que la hechaban de menos, su cara mostró un gran desprecio hacia su nueva vivienda.

Katia sonrio, era normal la reaccion de su hermanastra mayor, ella siempre vestia de marca, y conducía los coches mas caros, ahora solo va ha tener que utilizar deportivas.

Tras un pequeños tiempo, Sina se asomó por la puerta, estaba agarrada a su conejito rosa, y timida subio las escaleras de madera sin ni siquiera mirar a Katia.

Esta volvio a sonreir, su vida siempre era una rutina, pero sabía que ese verano iba a ser diferente.

Cogió su I-phone con una funda rosa y el yin y el yan en el centro y gritó:

-¡Me voy a dar una vuelta!

Nadie respondió.

Se encogio de hombros "quien calla otorga" penso la chica antes de cerrat la puerta por completo.

Bueno, esta historia quería escribirla desde hace un poco, y no se como acabará, a si que os invito a leerla ;).