Capítulo I: La Enviada del Cielo

29 2 16
                                    

- ¿Has despertado? -

- ¿Qué? ¿Quién habla hacia mí? -

La voz era parecida a la mía, por no decir idéntica ¿había tenido yo una voz alguna vez? Esta, aunque nueva era una extranjera a lo que solía sentir, lo cual era... nada.

- ¿Recuerdas al alma de Dios? -

Esta última frase fue producida por mi propia boca ¿podía yo entender?

-Desconozco el objeto del cual me habla. -

-Supongo que entonces tendrás que buscarlo, buscarme...-

Nunca había hablado, nunca había sentido, todo era nuevo, el todo y la nada de mi alrededor se sentían pensados, aunque esto no era lo impresionante para mí, sino lo era el poder impresionarme.

Pude ver y lo hice en dirección hacia abajo, tenía y tenía manos y pies, sensaciones y prendas.

- ¿Sabes por dónde empezar? - Dije a mí misma.

-No lo sé. -

-Así te divertirás más, Frey. - Salió de mi boca.

La voz se fue, ahora sólo estaba yo, sin saber si siempre estuve sola o si siquiera sabía.

-Divertirme...- Dije con la mirada perdida mientras veía lo que creo que es mi "cabello", una suave brisa tocó mi cara y un gesto suave se formó en mi cara, vi al frente y todo comenzó a brillar...

El vasto universo, nosotros como ser humano no llegamos a ser ni un 1% de lo que es, es más grande que todo lo que podamos masticar, sin embargo, el universo es todo para nosotros, un hogar, un existir, o un centro de investigación para muchos, sea que estemos solos o no, ni el universo podría vivir sin habitantes ni nosotros sin él supongo, es como una casa sin dueño, sin propósito o una persona sin casa, desolada.

El camino al colegio se hace largo pero ameno mientras mis desvaríos espolvoreados por la física recorren mi mente, aunque hasta cierto punto no anulan el aburrimiento de una vida tan monótona, levantarse, salir a estudiar, volver a casa y seguir la rutina de siempre, si tan sólo... algo pasara...

-Cris, ¡hola! - Dice una voz familiar.

Tras volver mi cabeza puedo ver a los que quizá sean mis únicos amigos, Hero y Alexia, quizá también lo único que me mantenga cuerdo en una vida tan monótona.

-Hey, dije hola, deja de pensar en cuánto significamos para ti. - Dijo Alexia, con su tono sarcástico de siempre.

-Hola! Perdón, estoy dormido. Dije viendo como se amarraba su rojizo cabello.

-Dormido siempre está, eso no es sorpresa. -Dijo Hero poniéndome la mano en el hombro.

-Ya bueno bueno, perdón por existir. - Respondí con sarcasmo, a lo que ambos rieron un poco.

Continuamos caminando mientras compartíamos la conversación, sea que Hero me hablaba de la música que nos gustaba o Alexia respecto los juegos que jugábamos los 3 pero casi llegando al colegio algo me llamó la atención, era una chica que vestía de manera muy extraña, llevaba una especie de toga o vestido extraño y unas cuantas piezas de oro en su cabeza, cuello y brazos.

- ¿Quién es esa chica? -susurró Alexia.

-No lo sé, pero es quizá la más bonita que he visto en mucho tiempo. - Dijo nada discretamente Hero.

-Auch. - Agregó Alexia poniéndose algo sonrojada, quizá por la ira con Hero o quizá por los celos.

-Lleva una ropa muy extraña, quizá sea alguna especie de artista o actriz. - Ahora Hero se veía pensativo.

The Destiny of an AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora