«ᴜɴɪᴄᴏ»

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[TH]

La nieve caía mientras el castaño caminaba por las frias calles de Seul.

Estaban a casi mediados de Diciembre y el frio no se hizo esperar haciendo que casi todos los días nevara de aquella manera.

Se encontraba buscando una tienda para comprarle un regalo a su crush y amor platonico.

Jeon Jungkook era un alfa puro, amable y carismatico, amado por muchos y envidiado por muchos otros.

Llevaba enamorado de aquel pelinegro desde que eran pequeños, desde que el alfa se mudó a la casa frente a la suya.

Apenas y se dirigian una palabra más allá de un simple saludo y una sonrisa, así que el de piel morena temia que él rechazara su regalo.

-¿Qué le puedo regalar?.- Se cuestionó suspirando mientras hacía un pequeño mohí con sus rojizos labios.

Sacó el celular del bolsillo de su saco tan pronto este comenzó a vibrar, contestando la llamada.

-Tae cariño.- Dijo la madre de este al otro lado de la linea.- Vuelve a casa que ya se está haciendo tarde y sabes lo peligroso que es que un omega ande solo por ahí.- Pidió esta en un tono bajo y tranquilo.

-De acuerdo mamá, te veo allá.- Y dicho esto colgó guardando el celular dentro de su bolsillo nuevamente.

Junto con un suspiro comenzó a caminar hacia su casa, no había podido encontrar el regalo perfecto para el pelinegro así que se sentía algo desepcionado.

Perdido en sus pensamientos estuvo a punto de cruzar la calle y ser arrollado por una camioneta, la cual ni siquiera se detuvo y continuó su trayecto, de no ser porque alguien tiró de su saco y lo apegó a su anatomía sacandolo de sus pensamientos.

-¿Estas bien?.- Preguntó una voz masculina que por el aroma dedujo que era un alfa, espera ¿ese no era el aroma de Jungkook?.

Timido alzó la mirada encontrandose con el semblante serio del pelinegro.

-Eh s-si estoy bien g-gracias.- Agradeció haciendo una pequeña reverencia con su cabecita tratando de ocultar su enrojecido rostro.

Jeon rió enternecido ante el sonrojo del omega que tenía entre sus brazos.

-¿Te acompaño a casa? Es peligroso que andes solo por las calles cuando anochece.- Propuso con una de sus ya conocidas "Sonrisa de conejito" haciendo que el corazón del moreno se acelerara a más no poder.

La constante mirada del pelinegro en espera de una respuesta lo hizo reaccionar y salir de su trance antes de hablar.

-Ehm s-si no es mucha molestia.- Murmuró el castaño bajando la mirada apenado.

-Claro, no me molesta acompañar a un amigo.- Sonrió solo como él sabe hacerlo haciendo que el corazón del omega se acelerara aun más.

«Por favor no me delates corazón.» Pidió mentalmente tratando de calmar su acelerado corazón.

-Gracias.- Murmuró apenas audible mientras comenzaban a caminar en dirección a la casa del castaño.

-No tienes que agradecer.- Negó para luego tomarle la mano y cruzar la calle.

«𝐌𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐜𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐦𝐚𝐬» ^Oꜱ ӄօօӄʋ^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora