[ tres ]

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- UN GRAVE ACCIDENTE -

r: ¡MALDITA SEA!- Exclamó Rubius justo antes de entrar en el edificio de Mangel. Equis lo miró con reproche casi a punto de matarlo.

E: ¿Podrías dejar de gritar? Hay putos zombies escondidos por ahi.- Rubius ni siquiera le miró, solo se agobió más. Al no obtener respuesta el anónimo sujeto se preocupó por lo que sea que ofuscaba al moreno. -¿Qué sucede?- Rubius le miró.

R: La puerta... está... cerrada.- Dijo casi con rabia. -Yo solo quiero encontrar a Mangel, joder.-

La puerta de madera del gran edificio estaba trabada desde dentro, no sabían si con un candado o si alguien habia puesto un tablón para evitar que más zombies entraran. Sea lo que sea que hayan hecho era imposible abrir esa puerta.

E: Vale, tranquilo.- Se quedó en silencio intentando pensar un plan B. -¿No sabes si hay alguna otra entrada?- Preguntó, y Rubius solo se quedó en silencio mirando el edificio, buscando alguna ventana o alguna puerta.

Pero no encontró nada. Hasta que...

R: Lo tengo.- Sus ojos se iluminaron y en su rostro se dibujó una brillante sonrisa que presumía de blancos dientes. -Sígueme.-

El y Equis dieron la vuelta al edificio, donde estaba la puerta de emergencia y a su lado una pequeña ventanita que daba al depósito donde los conserjes dejan los productos de limpieza.

E: Estas de coña, ¿no?- Equis miró con escepticismo a Rubius, quien abrió sus ojos como platos en señal de incredulidad.

R: No me jodas, es nuestra entrada mas rápida. Esa maldita ventana.- La señaló. -Debemos romperla y entrar.- Afirmó con seguridad.

E: Yo no entro ahí, es demasiado pequeña.- Se acercó a la pequeña ventanilla y examinó su longitud para enseñarle a Rubius que era imposible que quepa. -Eh, pero...- Equis observó bien a Rubius, su cuerpo flacucho y menudito... ¡CABIA PERFECTAMENTE!

R: NO, ni lo sueñes... Sabes que si hay algo esperando por mi carne fresca en la obscuridad me comerá al instante.- Señaló a Equis con su dedo índice apenas entendió la insinuación del mismo. El misterioso joven se le acercó lentamente quedando frente a frente con Rubius, tan cerca que el moreno pensó ver unos ojos verdes brillantes mirándolo fijamente y con densidad.

E: Esto no es por mí, es por tu amigo...- Rubius tragó saliva fuertemente. -Entra ahí.- El youtuber se saco lentamente su mochila, casi a punto de llorar.

R: Sostén esto.- Dijo dandole su mochila a Equis.

Y así Rubius infló su pecho de aire, tomando valor. Se preparó, se mentalizó sobre lo que estaba a punto de hacer, ya estaba yendo a por ello dispuesto a enfrentarse y a vencer cualquier cosa que le esperara dentro del edificio, detras de una pequeña ventanita donde tan solo el podía caber.

R: Okay, estoy listo.- Dijo.

E: Sí que lo estas, adelante.-

R: No intentes detenerme, Equis.- Lo señaló, muy serio, demasiado serio.

E: No se si podré contenerme...- Respondió de forma sarcástica.

R: Bien... Ahí voy...- Y ahi fue el joven de hebras morenas, sudado y con el corazón en la boca, se asomó apenas por la ventana y allí no había más que obscuridad. Le recordó a esos tiempos en los que jugaba Outlast y pensó que toda esta situación sería mucho más fácil estando detrás de una pantalla. -Okay, lo haré.-

X: ¿Rubiuh?- Escuchó, justo antes de entrar al edificio. Se dio vuelta rápidamente y era nada mas ni nada menos, que Mangel. Equis se quedó donde estaba, empuñando un cuchillo debido a la sorpresa que le dio aquella presencia.

「 SobreVideoViviendo 」 [ ZombiesxYoutubers ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora