Ahora lo sé

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Robin

Me despierto, no abro mis ojos porque me siento ansiosa... Talvez nerviosa.

Sensei-san me dijo que hoy tendría la visión recuperada, pero también significa que es el fin de mis días aquí.

Ayer por la tarde hablé con Ussop, al parecer él está bien, pero de recordar los gritos de preocupación y escuchar su rutinario ataque de pánico pude sentirme aliviada.

Empiezo a reír en mis adentros

Ussop está haciendo lo que puede para rastrear con su equipo al contratador-estafador que nos metió en este problema. Después de hablar con Ussop muchas cosas pasaron por mi mente, como que era muy raro que en primer lugar los hombres de esta casa supieran tratarme ante el veneno, también que tuvieran el dinero para acomodarme en una habitación y completar mis necesidades básicas. Además yo traía conmigo armás de combate, no suelo usar armas de fuego ni traerlas; la única arma que aún poseo es la daga que tengo adherida con funda a mi muslo. Aquella vez que ataque a Kenshi-san con ella y después a Sensei-san, no me la quitaron, de hecho me la regresaron. Suponiendo que él siempre lleva esas tres katanas consigo, creo que queda claro que no le incomoda que yo tenga una daga, pero ¿y mis otras armas?.

Lo más extraño de todo es que, aparte de mi nombre y mi información médica, como preguntar por antecedentes de enfermedades, alergias, etc. Por mi tratamiento, ellos no me han preguntado de dónde vengo, mi fecha de nacimiento o alguna otra cosa de mi orígen. ¿Será que no les importa? O ¿Es que ya lo saben?. De solo pensarlo siento que me falta el aire. No podrían saberlo, cualquiera que supiera de mi orígen se aleja de mí. No importa de todas maneras, hoy les diré adiós.

Por primera vez me siento emocionada, como si los conociera por primera vez y ahora por fin voy a conocerlos para despedirme de ellos. Franky al parecer trabaja con Zoro, me ha llamado antes y es una persona tan eficiente, tiene grandes ideas. Incluso me hablo de esta casa, gracias a eso tengo una idea imaginaria de este lugar, aparte de que ahora sé que toda la ropa que uso la escogió Kenshi-san, me río en mis adentros, no parece del tipo que sepa de ropa, claramente pidió ayuda.

Chopper es agradable, al hablar con él me di cuenta que es un niño. Me parece tan asombroso que a su corta edad tenga tanto conocimiento en la medicina y tan amable a la vez. Cuando le pregunté no dudo en contarme aunque algo temeroso, me explicó de la medicina y hasta me leyó sus apuntes y un libro que al parecer carga a todos lados sobre plantas medicinales, me dijo que fue un regalo de su padre. Coincidimos en que nos gusta leer aunque el ama la medicina, yo la historia. Talvez algún día podamos leer juntos.

Suspiro... Yo sé que eso no es posible. Hoy es mi último día aquí, al fin los conoceré y me despediré. Pero talvez guarde el número de Chopper. Sonrió por la idea para después pasear mi mente a Kenshi-san...

"Zoro", ojalá... ¿Ojalá qué?. No, ya no quiero pensar en eso... Si tan solo pudiera borrar mi pasado, si tan solo las circunstancias fueran otras. Admito que no me ha hido mal, mi madre me dejó en buenas manos hasta que debí cuidarme por mi misma. Después conocí a Ussop, nuestras historias se unieron en un inesperado giro y ahora trabajamos juntos, somos buenos amigos, él acepta mi pasado y yo el de él.

Entonces... ¿Porque me siento tan desafortunada?. Cuando recuerdo que él ayer rechazó mi tacto me siento estrujada, si es que eso es posible.

Me acomodo entre las sábanas, estoy tan incomoda de tanto pensar. Más aún no he abierto mis ojos. Pero al moverme entre la sábanas, su aroma se pronuncia con mayor fuerza en mi fosas nasales y me relajó. Así que decido pasar un poco más acurrucada bajo las sábanas, me permito olvidar de todo lo anterior aunque sea por un momento y no puedo evitar imaginar estar tan cerca, como su aroma cuando me cargaba en sus brazos esa primera noche. "Zoro". Inhaló con profundidad para sasearme en su aroma.

! Aceptó!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora