Cap 3

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–Hemos regresado. –Gritó Rocky cuando por fin logró abrir la puerta.

Su semblante cambio de repente, en vez de mostrar una sonrisa por el helado que traía en las manos solo se quedó con cara de impacto, estaba en shock, así que le moví el brazo.
Ignoro mi agarre y corrió hacia la sala para encontrarse con otra cabellera castaña.

–¡Bro! –Exclamó y a lo lejos se miraban pequeñas lágrimas salir de sus ojos. La última vez que lo vi llorar fue cuando éramos unos niños y él cayó de la bicicleta. Yo me quedé estática en la puerta hasta que Stormie fue por mi.

–Hola linda, no te quedes ahí, pasa.

–Gracias. –Le dije y luego le dejé un beso en la mejilla.

–Ha vuelto. –Dijo en un suspiro y lágrimas brotaron de sus ojos. Me límite a abrazarla.

Luego recorrí con la mirada de pies a cabeza al chico que estaba parado en la sala abrazando a mi mejor amigo.

A decir verdad Ross había cambiado demasiado, ese rostro de niño lo dejo atrás por uno más varonil, el cabello rubio ahora era castaño, esos brazos marcados decían que habían estado trabajando mucho en ellos, me preguntó el cómo estará su abdomen...

–Los extrañé demasiado. –Dijo Ross de repente, Dios su voz era muy varonil ¿dónde quedó la voz chillona de la infancia? Que alguien me saque de este sueño, maldita sea tenemos la misma edad que emoción. –Hola. –Saludó de repente, sacándome de mis pensamientos de adolescente hormonal.

–Ho-la. –Tartamudie, sentí mi cara arder.

–Keyla Franks haz crecido demasiado... –Dijo recorriendo todo mi cuerpo con su mirada. Esta vez creo que todos los colores se me subieron al rostro.
Sin decir nada más me abrazó.

Ahora sí ya quiero despertar antes de que se vuelva más incómodo. Podía comprobar que sus brazos estaban muy bien trabajados, su fragancia podría convertirse en droga de muchas rápidamente. Maldición donde quedó aquel niño que se aislaba completamente, aquel niño que nunca me dirigía la palabra, el niño que siempre atrajo mi atención por lo callado que era.

Nos soltamos del abrazo y luego todos nos fuimos a comer.

–Fuimos por él al aeropuerto. –Dijo Mark. –Quede igual de sorprendido. –Sonrío.

–Te extrañamos demasiado hijo, estamos muy agradecidos con tus tíos.–Dijo Stormie. ¿Porqué Ross se fue tanto tiempo? Le preguntaré a Rocky más tarde.

–Que bueno que estés de vuelta han sido demasiados años.

–Esta vez es para siempre. No volveré a desperdiciar tanto tiempo sin la familia que amo. –Me miró de reojo y yo solo agache la mirada. –Veo que Keyla sigue siendo de la familia. –Maldicion yo no quiero ser el centro de la conversación.

–Rocky y ella siguen siendo amigos. –Respondió Stormie.

–Asi que amigos... –Me guiño el ojo, me agrada más el Ross silencioso que el Ross coqueto. Yo solo me sonroje, tengo que admitir que la presencia de Ross ahora me incómoda.

–Mañana daremos una fiesta por el regreso de su hermano. –Dijo Mark rompiendo la incomodidad.

Todos felices aceptamos, digo no todos los días Mark daba permiso de hacer una fiesta en su casa.

La comida acabo.

–Vamos por la revancha boba. –Dijo Rocky dándome un sape.

–...–No dije nada, aún no creía que Ross estuviese aquí.

–Keyla, despierta.

–Vamos, solo déjame lavar los platos.

–Te ayudo. –Dijo Ross.

–Te espero en la pantalla entonces. –Dijo Rocky.

Todos se fueron a sus cosas, yo me quedé en la cocina, de repente sentí unas manos rodear mi cintura haciendo que me sobresaltara.

–Asi que estas soltera... –Susurro Ross en mi oído mientras enjabonada los platos.

–No... –Dije en un suspiro, esto era realmente incómodo, ni siquiera las palabras lograban salir de mi boca.

–Quiero apostar contigo. –Me soltó dejando libre por fin mi espacio personal.

–Dime.

–Juguemos videojuegos, si tú ganas me alejaré de ti, si yo gano me besas.

–¿Estás loco?

–No, solo que esos labios se ven tan deseables.

My best friend RockyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora