Capítulo V

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Y en ese momento, en el cielo se prendieron cientos de fuegos artificiales, que formaban la frase "¿Quieres ser mi novia?"
Me quedé sin palabras, no tenía idea de qué iba a contestarle, sólo me quedé ahí parada, Austin me miraba nerviosamente, y en ese momento, las palabras salieron de mi boca.
-Mmm, es que, no lo tomes a mal, pero aun creo que es muy rápido- dije preocupada por la reacción de Austin.
Él no dijo nada, se quedó parado, mirando hacia el cielo, tenía los ojos cristalinos, por las lágrimas que querían salir de ellos.
-Está bien, creo que a final de cuentas, realmente nunca me amaste, tus palabras decían la verdad, pero yo no quise escucharlas, todo este tiempo fuiste una ilusión, todo esto que he hecho por ti no te ha importado en lo absoluto- dijo con un nudo en la garganta- perdón por ser una molestia para ti, te prometo que ya no te seguiré, no te hablaré, no te mandaré mensajes, no te haré saber lo mucho que vales, o que valías para mí, perdón por todo lo que te hice y por creer que me querías, adiós.
Y mientras dijo esto, se fue caminando lentamente con lágrimas en los ojos en dirección al hotel, después se perdió entre la oscuridad, desde ese día, jamás lo volví a ver.
Me retiré a la habitación y, sin saber porqué, rompí en llanto, no podía creer que le había dicho que no, después de todo lo que él hizo por mí. Me dormí después de hundirme en mis propios pensamientos, y en toda la noche estuve muy incómoda, no paraba de pensar en Austin.
A la mañana siguiente, bajé a desayunar con la esperanza de que Austin estuviera esperándome ahí, con la sonrisa con la que siempre me recibía, pero esta vez fue diferente, él ya no estaba ahí.
Pasaron algunos días, y yo seguía arrepentida por la respuesta que le había dado a Austin, nunca volví a encontrármelo, y di por hecho que se había ido del hotel, no dejaba de pensar en él ni en sus besos, lo extrañaba más que a nada en ese momento.
Pasó una semana y no recibí ni un mensaje de él, no podía creer que mi orgullo fue más grande, y me venció.
Después de estar sumergida en una gran depresión, sin salir de la habitación del hotel, decidí ir a nadar al mar, ya que tal vez así olvidaba mis problemas y todo lo de Austin, así que me puse un traje de baño, tomé mi toalla y salí.
Al estar afuera, intenté encontrar a Austin con la mirada, pero obviamente no estaba, se le había roto el corazón en mil pedazos desde aquel incidente.
Acomodé mis cosas en un camastro y me puse bloqueador, después caminé hacia el mar, sintiendo la arena caliente bajo mis pies, me metí al mar lentamente, ya que estaba frío, recordé la última vez que había estado ahí, no hace mucho tiempo, la vez que besé a Austin bajo el agua.
Al estar completamente adentro, comencé a nadar hacia las profundidades, adentrándome cada vez más, llegué hasta cierto punto que mis pies ya no tocaban el suelo, seguí nadando, ya que quería desahogarme, nadé sin parar y en cierto punto, las personas detrás de mí sólo eran puntos comparados con la distancia en la que me encontraba, no me importó, ya nada me importaba, seguí nadando rápidamente, alejándome de los recuerdos, estaba a unos 3 metros del suelo, pero hubo un momento en el que no pude continuar más, sentía cómo la gravedad me jalaba hacia las profundidades del océano, y ahí, sin más fuerzas ni ganas de seguir, me dejé llevar, y perdí todos los sentidos, me rendí, y desde ese momento, quedé completamente inconsciente.
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Nota: perdón por hacer este capítulo tan corto, el viernes subiremos el VI, y será más largo, ¡Gracias por leer! :)
Atte: KatycatBiebsAmeezy

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