¿My. . . Brother? ┇ JiKook. ✿ KookMin. ┇ +18

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Luego de llegar a casa se deshizo de la mochila tirándola de lleno al sillón, sintiendo un peso menos al ver a Jeon de espaldas en su dirección, pero claro, aquello no fue un incentivo suficiente para ir corriendo tras él dispuesto a abrazarlo debido a que el saludo de su padre lo hizo bufar al punto de retenerse.

Maldito imbécil.

Pensó, porque si supiera solucionar mejor las cosas no estarían en una casilla tan arriesgada. Sin embargo el adulto a su cuidado siempre terminaba lavándose las manos, no había manera en que no guardará cierto rencor contra él. Quería creer que en efecto, estaba en todo su derecho. Y la conversación con Jong-dae resonó en su cabeza obligándolo a apretar sus puños recién formados, conteniendo cierta porción de rabia al contraer sus músculos.

Salió de sí.
Lo único que quería era gritarle en el rostro que se hiciera responsable de sus problemas, que asumiera de una vez por todas que su esposa estaba viva y que él le había enseñado a rehuir de situaciones problemáticas. Por supuesto no estaba conforme al sentirse idéntico a su peor pesadilla, por eso sus dientes se apretaron entre sí, a segundos de friccionarse.

─ Oye, das miedo.

Pero fue esa suave voz varonil la que logró que recobrará su sentido común, sumada a un particular roce de dedos. En ese momento salió de su trance, su entrecejo se relajó a la vez que suavizaba su expresión y se topaba con una preocupada, regalo de Jeon.

─ ¿Estás bien, idiota?

Su vocabulario era afilado pero su tono debotaba preocupación genuina. Adoraba ese lado del menor. Aprovechó de jugar con los dígitos de su compañero, entrelazándolos de manera casual, ignorando la presencia de los adultos que se hallaban en la mesa, hablando de quién sabe qué. No le interesaba honestamente.

─ Lo estoy, dentro de lo que se puede. No tienes que afligirte cada vez que algo no ande bien conmigo, ¿Sabes? Deberías relajarte.

─ Ajá, mira quién lo dice. Además, no es como si me afligieran tus preocupaciones, más bien diría que no quiero tener que lidiar con tu expresión de perro abandonado en medio de la lluvia. Es molesto. Arruina mi buen humor.

─ Si tú lo diceees. ─ Extendió la e con tal de molestarlo, soltando una risa vaga aunque no por ello menos honesta que dé costumbre.

─ Si tí li dicis. ─ Arrugó el puente de su nariz disgutado, cayendo de lleno en la provocación de Park.

─ ¿Eres un niño de primaria?

─ Cállate patán.

─ Cállame. ─ Abultó los labios de manera imperceptible, dándole a entender un claro mensaje; "dame un beso", pero en respuesta se ganó un pisotón. Realizó una mueca de dolor instantánea y escuchó el grito de la mujer yendo en su salvación.