Mentiré solo una vez más (BTS fanfic) /completa

La alarma pt 1

Seokjin se arrodilla junto a Taehyung y le toca la cara pero él reacciona retirándole las manos y apartándose.
-- No, déjame --plañe--. Desapareciste y no contestaste al telegrama.
Seokjin lo mira compungido.
--Lo siento mucho...
--¿Por qué, Seokjin? --pregunta Taehyung. Y en un arrebato de frustración, se incorpora, se arranca la máscara que llevaba al cuello, lanza las gafas protectoras al fondo del almacén y descubre su cabello azul.
-- No hagas eso, Taehyungie...
--Estoy harto de mentir --ruge, más enfadado consigo mismo que otra cosa. Lleva tanto tiempo engañando a unos y a otros que se siente mareado, desubicado y desarraigado. Así, se quita la camisa que ya estaba rota, quedándose sólo con la camiseta interior.
-- No puedes salir así, te descubrirán -- insiste el otro, intentando detenerlo sin éxito.
--Suéltame.
Taehyung se quita las botas y todas las correas y hebillas que adornaban el pantalón. Ahora, al fin, se siente liberado.
--Este soy yo, Seokjin -- dice, abriendo los brazos--. No tengo nada que ocultar ya...
El mayor observa su figura desgarbada con atención, hipnotizado por la línea de su mandíbula, por su cabello revuelto y los lunares de su rostro.
--Taehyung...
--Ahora dime quién eres tú, Jin.
Seokjin se lleva la mano a la cara, pensando en cómo afrontar la situación. Esto no debería acabar así. Taehyung debería mantenerse al margen de todo por su propio bien, porque Seokjin no pretende hacer más travesuras corriendo a un lado y al otro del túnel, si no que tiene un objetivo que puede traerle consecuencias serias.
Pero no puede mentirle a la cara.
No puede decirle que no tiene interés en él para conseguir alejarlo.
Simplemente no puede hacerle daño.
--Perdóname, Taehyung. Debería haberte dicho algo pero no podía arriesgarme a que el telegrama fuera interceptado --es solo una verdad a medias.
--Jimin dice que tú eres el responsable de la infección del Yaza --escupe a bocajarro, porque ya no tiene nada que perder.
--Es cierto --confiesa--. Pero no es lo que piensas, Taehyung, tengo un motivo.
Pero Taehyung no quiere escuchar nada más. Sólo necesitaba esa afirmación para darse cuenta de lo idiota que ha sido, de cómo ha dejado que le engañe para conseguir sus objetivos. Así que recoge sus zapatos y, enfadado, abre la puerta.
-- No puedes salir así -- insiste Seokjin, barrándole el paso.
--Solo quiero irme lejos de ti, ¿es que no lo entiendes? --grita, dolido, con los ojos vidriosos.
--Deja que te dé una explicación, Taehyung, yo no tenía intención de causar problemas a nadie.
--¿Y poner en peligro a Jimin te parece poco?
--¿A Jimin? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? -- se extraña, provocando que Taehyung resople indignado--. Por favor, Taehyung, escúchame. Yo... tengo un hermano al otro lado.
Esa afirmación consigue desconcertar a Taehyung que por primera vez, relaja los hombros y se dispone a escuchar al otro.
--Cuando mis padres fallecieron, nuestros abuelos nos separaron. Mi hermano permaneció en Ilsam y a mí me trasladaron aquí con la familia de mi madre.
-- ¿Qué? ¿Por qué? No entiendo nada... --confiesa Taehyung, compungido no sólo por la triste historia sino por haber desconfiado de Seokjin.
--Y no sabía de la existencia de ese túnel. No sabía cómo podía pasar al otro lado y reencontrarme con Jung. Le echo de menos...
--Y se te ocurrió infectar el Yaza de la ciudad...
--Solo quería procurar un apagón lo suficientemente duradero como para poder cruzar sin ser visto ni grabado. Pero mi viejo ordenador no soporta las nuevas actualizaciones, aaarg, es muy difícil, Taehyung, y sólo tenía a Kook y a Hobi para ayudarme y no podía decirles que había encontrado otra manera de cruzar sin delatarte -- dice de carrerilla sin detenerse a coger aire.
--¿Ellos también?
--¿Podrás perdonarme por mentirte? --musita Seokjin, con el corazón encogido.
--Oh, Jin...
Taehyung cede porque no es él el más indicado para juzgar a los demás por ocultar secretos y lo arropa con su cuerpo, abrazándolo tiernamente. Pega su frente a la de él, acaricia sus mejillas y besa su nariz.
--Eres un idiota, ¿lo sabías? -- dice, provocando que Seokjin sonría por primavera vez.
--Es tu culpa, que me tienes embobado --confiesa el otro.
Y en el momento en el que entrelazan sus dedos y los besos comienzan a surgir de nuevo, la alarma del toque de queda ruge más ensordecedora que nunca.
-- Pero ¿qué? Es demasiado temprano todavía...