Los primeros

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Advertencia: Capítulo largo xd 

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*Hace 1,500 años*

Kyle se recargó en la pared, escuchando la acalorada discusión entre el rey y la princesa dentro de la sala del trono. Miró el techo, tarareando la canción de cuna que su madre solía cantarle a él y a su hermano menor, intentando ignorar los gritos detrás de la puerta. Hubo un golpe, Kyle cerró los ojos, y luego de un rato, la princesa salió del cuarto molesta, más bien, furiosa.

Sin esperar, Kyle la siguió.

—Anciano avaricioso... Ese fue nuevo.

Kenny bufó cruzándose de brazos.

—Es lo menos que le he dicho, aunque sea nuevo — Bajó los brazos —Le pedí permiso para ir a la festividad de la fundación

—Y dijo que no.

—Dijo que era mi deber quedarme a su lado mientras todos disfrutaban.

—Por algo te lo pidió — Kyle intentó defender al rey — Eres la princesa.

—No lo justifiques — Suspiró —No es justo, yo no pedí esta vida.

—Tienes mejor vida que el promedio

—Me gustaría ser el promedio — Bufó —¿Lo has pensado?

Kenny llevó su mano al brazo de Kyle y éste lo aceptó.

—¿Tú qué piensas de las reencarnaciones?

—Bueno, los libros dicen que es posible volver a nacer cuando tú vida no fue disfrutable. Algunas veces, las personas renacen más de dos.

—Bien, sí, pero hablé de tu opinión. — Observó el techo al caminar —A mí me gusta pensarlo, que en mi siguiente vida, seré una del promedio. Que podré disfrutar la vida sin obligaciones, y haré lo que yo quiera.

—Es válido. ¿Lo dices por qué no puedes salir del castillo?

—También. Conocí a alguien.

Kyle se detuvo de golpe, Kenny lo miró dudosa, finalmente jalándolo para continuar caminando.

A Kyle le había sorprendido su confesión, pues lo último que supo de de la situación amorosa de su amiga, ésta había dicho que casarse sólo era un acto de egoísmo.

—¿En serio?

—Sí, se llama Leopold — Respondió con un tono suave de voz —Es el embajador de Zaron. Ya has hablado con él.

A su cabeza vino un tal Leopold y en efecto, ya había hablado con él. Podía llegar a ser un chico tímido, nervioso e inocente.

—Tiene un alma tan dulce, ¡Pero vaya que es atrevido cuando quiere!

Bueno, quizá no era tan inocente.

—¿Y por eso quieres ser del promedio?

—Sí. Podría haberme casado con él si mi sangre no me obligara a buscar un tipo de bien ver para Larnion.

Kyle omitió comentario alguno, pues supo que los padres de Kenny no se querían, estaban juntos por el bien de su nación.

La madre de Kenny murió a sus quince años y su padre solía beber mucho, así que ya no había una sana relación ahí.

—Imagínalo. Poder nacer en otra época, ser parte del promedio, casarme con quién quiera, con padres amorosos y, ¿Quién sabe? Tal vez tener hermanos.

El príncipe perdido [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora