MinSeok deleita sus ojos todos los días gracias a un estudiante de música que toca el violonchelo en una de las bancas de la universidad, la que da justo afuera de su salón.
No sabe su nombre ni tampoco cómo suena el vibrar de las cuerdas cada que l...
MinSeok está pintando cerca a la ventana del aula, es su lugar favorito, es ahí donde capta las pequeñas cosas del paisaje que le brinda el enorme campus y puede plasmarlas en sus dibujos. MinSeok es estudiante de artes plásticas, sus cuadros son los más elogiados de la facultad, lo cual hace que la mayoría del tiempo todo el mundo espere grandes cosas de él. Sin embargo, él no es del tipo que tiene confianza en sí mismo, no como sus otros compañeros.
Su vida parecía no tener color, muy por el contrario de sus dibujos, pero eso cambió desde que vio a aquel chico, de cabello negro y pestañas grandes, sentarse en la banca que da justo afuera de su aula. El muchacho toca un instrumento de cuerdas gigante, un violonchelo de madera oscura. Las primeras veces que lo veía se preguntaba cómo le hacía para poder manejarlo con tanta facilidad siendo él tan menudo y de estatura promedio.
"Debe ser talentoso", se dijo entre dientes.
Ojalá algún día lo pueda ver tocar en vivo, por lo pronto, se dedica a dibujarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Cr. a quien corresponda)
. . .
MinSeok no sabe porqué pero el muchacho tiene la mirada triste, incluso cuando parece que ha alcanzado la nota correcta su expresión no es buena. Quiere preguntarle cuál es el motivo de su tristeza pero recuerda que él solo es un desconocido y lo observa a la distancia. Necesita una buena excusa para acercarse, no puede pararse justo delante de él y decirle: "¡Hola! Te he estado viendo desde hace un tiempo y quería conocerte." Sonaría como un acosador y lo que menos quiere es causar una mala impresión en el joven. Esta vez de verdad no quiere arruinarlo, desea que por primera vez las cosas no fueran tan difíciles pero ¿por qué resulta ser así todo el tiempo?
Una excusa, una bendita excusa, ¡tan solo eso!
—¡Auch! —se quejó alguien delante suyo.
No sabía que el universo podía actuar así de rápido pero ahora mismo le estaba dando su excusa. Pero por supuesto, no sería tan fácil y mucho menos cuando acababa de tropezarse con él y manchar su camisa blanca con las acuarelas que llevaba en brazos.
—¡Oh Dios mío! ¡Cuánto lo siento! —intentó disculparse haciendo varias reverencias seguidas. El de mejillas regordetas estaba realmente avergonzado, tanto así que su rostro había dejado de serlo para convertirse en un tomate y ni siquiera podía verlo a los ojos.
Esperaba una maldición o alguna reacción airada de parte del pelinegro pero en su lugar le oyó reír. MinSeok levantó su mirada para encontrarse con la del risueño muchacho.
—Supongo que esta camisa no era la correcta para el día de hoy —comentó sin más, pero él no entendió y lo hizo notar en su rostro. —Mi vecina me dijo que esta camisa me quedaba mal pero no quise hacerle caso. Así que, creo que esta es la vida diciéndome que de verdad me queda mal.
