Capitulo I

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¡La concha de la lora! Justo hoy no encuentro el pantalón, si seré yeta, voy a llegar tarde.
¡Acá está!

Acabo de llegar al "museo de ciencias sociales de Nueva Orleans" , y tarde, es mi tercer mes no puedo llegar tarde. La puta que me parió, me tragué la puerta, porqué mierda está cerrada está puerta de mierda.
Soy una pelotuda era en otro lado la entrada.
- Hola, James ¿ Como andas?- le pregunto al encargado del papeleo del museo.
- Hola bien, sos Justo la persona que quería ver- me dice muy contento.
- A mira vos, ¿ Y porqué querías verme? - pregunto desconfiada.
- ¿ Conoces la mansión Mikaelson?- ¿si me suena ese lugar, ese lugar el cual estoy investigando por sus historias y leyendas, ese lugar el cual estoy basando una tesis?.
- Me suena de algo - digo disimulada.
- ¿ Te molestaría que me lleves unos papeles para firmar?- si me molestaría conocer a los dueños de la mansión de las leyendas, me rio intérname.
- Te puedo hacer el favor.



Es más grande de lo que imaginaba, tocó despacio la puerta, todo bien viste pero con la guita que tienen podrían poner timbre.
Después de unos cinco minutos abren la puerta y; y me caigo y me levanto; también con alto potro que me abre la puerta.
- ¿ Vos quien sos? - medio mal educado el potro, igual es alto potro igual.
Me pongo media pelotuda con los flacos lindos.
- Yo soy la empleada del museo- le digo un poco intimidada por el increíble hombre que tengo en frente. El flaco pone una cara de perdido mal.
"es para mi" se escucha el grito de una piba.
- Hola, soy Hope los papeles son para mi- dice muy amablemente.
- Hola, soy Zenda, me mando James- hago señas hacia la dirección del museo, o al menos donde creo que es la dirección, la verdad estoy un poco perdida.
- Bueno dale, pasa yo firmo los papeles y te los doy así no tardamos tanto - dice Hope sonriendo- ¿ Te parece?
Yo asiento, a lo que ella emocionada me dice que pase. Me siento en uno de los lindos y caros sillones de la mansión.
- ¿eres de Argentina? - me pregunta el chico sexy.
- si, ¿ Conoces?- pregunto emocionada.
- Digamos que estuve en esas tierras hace mucho tiempo- qué raro que son los yanquis- te ruego me perdones no me presente- Se me acerca- Mi nombre es Klaus Mikaelson- toma mi mano y la besa, para luego sonreír pícaramente.
- ah, ¿son hermanos? - Klaus y Hope ríen.
- El es mi papá- los miro sorprendida.
- Pero que edad tienen- pregunto, y ni bien lo dije me doy cuenta de los desubicada que estuve- perdona, me re desubique.
- Está bien-se ríe-hablas medio raro- me sonríe la chica- los papeles ya están - me los entrega y me paro para irme.
Klaus se ofrece a acompañarme a la puerta.
Toma mi cara y me mira directamente a los ojos.
- Creo que sería bueno que me des tu número de teléfono- a lo cual yo se lo doy automáticamente, como si no pudiera controlarlo.
- Bueno, chau- lo saludo con un beso en el cachete, a lo cual el luce sorprendido, cuando la que debería sorprenderse soy yo, me da un beso en la mano y prácticamente me convence involuntariamente para que le de mi número de teléfono, lo cual es como si me hipnotizara y fuera de otro siglo; ¡La puta madre!. Me apresuro a llegar al museo.
-Hola, James - le dejo los papeles - chau, James.
- Ya te vas- me pregunta.
- Sip.
- Pero no terminó tu horario- dice confundido.
- Y yo no soy mensajera, pero que se le va a hacer- me encojo de hombros.

Ni bien llego a mi casa me pongo a revolver entre todo el papelerio que tengo algo sobre el control mental,y acá esta bien. Básicamente dice que los vampiros son capaces de hacer esto y que se previene con una planta llamada verbena.
¡Yo sabía!

The Originals: Argentina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora