TU... ME DAS MIEDO \ + 18

CAPITULO 45. esclava del amor

Toda esa información junta había caído sobre mi como agua fría. Jamás creí que un ser humano pudiera odiar tanto y porque a mí me sucedía, ella... Era mi madre la única que conocí y, me odiaba.

Pero soy tu hija ¿verdad...? E-ella no podría hacerme daño si estoy contigo...?- y por primera vez desde que fui secuestrada, encerrada y lacerada en el club de Daniel tenía muchísimo miedo de que terceras personas lastimaran a mi hijo, no a mí, yo no importaba. -te lo suplico... Necesito saber, que nada ni nadie dañará a mi bebé...-. Sin embargo conocía a Daniel y no me quitaría la mirada de encima de ahora en adelante.

Aarón me observa con sus ojos claros que destellan fuego, sus labios, una mueca de clara frustración, - ¡Contesta...! ¡Solo quiero ser felíz, padre...!- me mira sorprendido y suelta un tenue jadeó ante mis palabras desesperadas, aún tiene sus manos temblorosas que me parecen enormes sosteniendome el rostro y las mías sobre estás...

Entiendo ahora porque me alejó de su lado cuando me vio en peligro siendo una niña apenas, su mirada aterrada me lo dice. Tiene miedo por mí.

Lo quiero, él es mi padre, mi sangre pero si está empecinado en que debo volver a México por mi propia seguridad... Lo aré aunque me rompa el corazón alejarme ahora que lo encontré.

El cuerpo me duele y el alma más por todo lo que tuvo que pasar por culpa de terceras personas.

Baja su cabeza y se acerca para dejar un beso tembloroso en mi frente mientras afirmó levemente con un sollozo en silencio. Tengo que aceptar, sin remedio, las reglas de su club y aceptar sin remilgos, ser la vieja dama de Daniel.

Recién le acabo de conocer este lado mucho más humano y sensible. Jamás lo había llamado padre, no que yo recordase. La idea de alejarme ahora que lo comienzo a conocer como mi padre protector en su faceta de abuelo tierno y posesivo no me gusta, a sido tan poco el tiempo que...

Me resisto a creer que el hombre duro que aparenta ser siempre delante de su club, no lo es, solo quiere mi bien y el de mí hijo, su nieto. Mi padre solo cuida su legado y lucha por ello.

No le importa alejarme de él a pesar de buscarme por tantos años, -¿Te digo algo?, adoro cuando me llamas así... Y no lo haces desde que tenías tres años...- su sonrisa se vuelve lúgubre y sus palabras unos sollozos tenues, me duelen sus caricias. Tanto que me esperó y ahora se tiene que hacer a la idea que de nueva cuenta me sabrá lejos de él.

Desde lo más profundo de mi alma deceo tenerlo para siempre conmigo, que nada le vuelva a entristecer, verlo vulnerable duele... Me aferro a su gran cuerpo en un abrazo...

DANIEL 🌵

-Los cigarrillos son nocivos para la salud- bocifera mi hermano a mis espaldas, "como los efectos que ella provoca en mí..." pienso mientras expulso el humo y observó desde mi habitación del ala oeste. La pared de cristal que cubre una cortina de persiana justo en una esquina, al centro de la gran construcción del edificio prevalece un gran jardín que se observa desde cada ventana de cada habitación, esa en especial atrae mi atención y desde aquí puedo verla con nuestro hijo sin perturbar la, adoro verla con nuestra familia, tan amorosa y protectora que me hace sentir orgullo y miedo.

Alex invade mis pensamientos y espacio, se sienta a mi lado con un semblante cansado pero no pierde su jodido toque de gilipollas, aspiró ansiando volver al mismo lugar que no me permite entrar el presidente de los Cobras, -¿Que buscas de mí?, Estoy jodido ya como para que además tú vengas a terminar conmigo...- me pongo de pie, frustrado por todo lo que no puedo conseguir de mi gatita y doy una última calada al cigarrillo.

Estoy furioso. Pero por el momento prefiero quedarme al margen de todas las personas de esta sede aunque sea por unas horas, he intentado acercarme a mí hijo pero parece que Ruby está dispuesta a castigarme muy en serio y el área donde estan se encuentra vigilado las veinticuatro horas, para colmo no quiere aceptar la alianza como yo quiero, mi propuesta está en la mesa de su padre para hacerla mi vieja Dama y, por si fuera poco la chica de mis noches de desveló me a amenazado frente a los miembros del consejo de su padre, me sorprendería si no lo hiciera.
¡Esa es mi gatita!, arisca y brava. Sonrío para mis adentros. Mi gatita seguirá siendo solamente mía.