Kouki no era un as en la cocina.
Seijuuro tampoco, aunque al menos se defendían.Pero en definitiva, dejar que el grupo de tontos a los que llamaban amigos a cargo de lo que se suponía sería la cena era por completo un error monumental.
Habían excluido obviamente al par de chicas que siempre los acompañaban, las querían mucho pero no querían una visita a cuidados intensivos.
—¿Entonces quien me va a explicar que se supone que es esa masa extraña que cuelga del techo? —
Seijuuro estaba con ambos brazos en su cintura, mientras que el castaño intentaba pasar entre el desastre que había en el piso de su departamento, al menos; pensaba Kagami, no era su cocina, este se había salvado debido a la gripe que aún lo aquejaba, pero no le quitaba importancia a la parte de su regaño ya que se suponía debía vigilarlos.
—En mi defensa solo los descuide unos minutos en lo que iba al baño— respondió el tigre de Seirin
—Kagami-kun debió aguantarse, ahora se quedara sin cena— le respondió Kuroko, haciendo un extraño movimiento de cejas que solo hizo que el enorme chico se sonrojara como semáforo y se encogiera en su lugar.
—No me interesa quien inició que, quiero este lugar impecable para cuando llegue la verdadera cena— termino por decir el emperador, por algo había previsto que algo no tan bueno pasaria con todos ellos reunido en el mismo lugar.
—¿Que rayos es eso que cuelga de esa cacerola? Sei... Eso... S-Se mueve—
Akashi no quiso quedarse a averiguar qué era el extraño movimiento viscoso que ambos veían, Kouki tragó saliva y se despidió de sus amigos, no les importo siquiera el grito para nada masculino de Kagami cuando al parecer; por pedido de Kuroko, investigó lo que habían visto.
No; en definitiva no quería saber de qué se trataba.
ESTÁS LEYENDO
31 DIAS DE AKAFURI
FanfictionConjunto de drables como reto para la página #Porque Amamos el AKAFURI Distintas temáticas, todas completamente AKAFURI. (Algunas de estas historias tendrán una continuidad)