DIA 13 MASCOTAS

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Seijuuro no odiaba a los perros, es decir; su absoluta autoridad y poderío obligarían a cualquier; mascota a obedecer.

Entonces ¡¿Porque la maldita bola de pelos que tenía por mascota su muy amado novio le veía como si fuera pelusa atorada en su garganta?!

Esa condenada... Cosa, siempre se paseaba por su regazo cuando intentaba manosear, es decir, apreciar la belleza de su Kouki.

El gato; Berry, como su novio le había llamado, llegó una normal tarde de abril.
Se suponía que sería solo temporal, pero Kouki había quedado prendado del gatito este, usando sus dotes... Chantajistas, se quedó cómodamente en una orilla de la cama a dormir.

De pasar a Solo una noche le había dicho, termino en Se siente solo, déjalo ahí y ese ahí era o; encima de su cabeza o de su vientre y muévete, no cómo va a ser; maldito animal le enterraba las uñas de las patas.

—Escuchame bien Berry, Kouki es mio, entendiste; mío, y por más que quieras sacarme los ojos... No lo lograrás—

El gato no parpadeo, solo se quedó ahí viendole como si fuera nada, bajo la cabeza, levantó una pata y comenzó a lamerla sin atisbo de reacción alguna.

—Hijo de...—

—Sei... Vamos a dormir, anda es tarde—

Seijuuro no dudó en caminar con rapidez a la recámara de ambos, el maldito gato les pisaba los talones, pero se desvió a donde Kouki le había llenado el cuenco de alimento; del especial para estómagos sensibles que le consiguió cuando no dejaba de vomitar el otro, por demás mimado el mínino.

Entonces aprovecho para cerrar la puerta con cerrojo, porque ese engendro del diablo era muy capaz de empujar la puerta con tal de meterse entre medio de ambos.

Así que cuando estuvieron muy juntos en la cama, aprovecho para comenzar a hablarle de esa manera dulce que lo hacia estremecer, besando cada parte de su tersa piel expuesta, saboreando, mordisqueando, hasta tenerle justo donde quería; bajo el, entre sus piernas, sonrojado, sudoroso y con los ojos tan deseosos y nublados por el placer.

—S-Sei... Por favor—

Y como negarse a tan sutil demanda, la ropa comenzó a perderse por ahí, besándolo más audaz y lleno de lujuria, la ropa interior desaparecio y; con cuidado fue adentrándose en el interior que le hacía enloquecer.

—¡Sei!—

Seijuuro estaba en éxtasis, embistiendo... Pero algo no andaba bien ...

—¡Seijuuro detente! ¡Berry nos está viendo! Es... Es vergonzoso—

Maldito gato hijo de Satanás ¿Por donde había entrado a la habitación? ¿Cómo se atrevía?

Seijuuro se incorporó queriendo matar a la mascota de su novio, pero este lo detuvo.

Se veía lindo, sexy... Tan comestible. Kouki le beso para tranquilizarlo, acarició su rostro y se acercó a su oído.

—Si me das unos minutos, no te vas a arrepentir...—

Los ojos de Seijuuro cambiaron, ambos muy de acuerdo con su dulce novio.

A la mañana siguiente cuando el emperador abrió los ojos, pensó que no estaba mal soportar al gato, siempre y cuando esa clase de noches se repitieran.

Había ganado un raund.

Lo que no sabía el emperador era que en venganza el buen Berry había vomitado sus caros zapatos que usaba para ir al trabajo.

Berry 1, Seijuuro... Bueno, al menos tuvo un buen sexo.

31 DIAS DE AKAFURIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora