Desearía dar inicio y fin, lo más rápido posible; embriagarme en el dolor que me atosiga, hacer de cuenta que no he hecho daño, pero no deseo engañar a mi preciado público, no me quiero almibarar ni siquiera yo; aunque ahora me juzguen como un monstruo inquietante, aquel que entra en sus sueños por las noches, no soy tan malo. Es probable que todos me odien, no niego que comparto su sentir, yo también lo hago, aunque en parte no. Soy un mar de contradicciones, que no encuentran una manera de escapar de si mismo. ¿Acaso soy un bestia? ¡Respondan, despreciables individuos! Solo hay silencio en esta sala, la misma que me vio dirigirme a la cúspide, mientras muchos escupían a mi rostro; la misma que me vio tirarme al abismo, mientras pocos daban su mano.
Me inclino al notar sus rostros temerosos, ante mi arrebato desprovisto de toda calma; no podía esperarse algo mejor de alguien como yo, cuya conciencia ha abandonado su mente. Tal vez la muerte es mi única aliada en este juego de arrebatos, donde yo deseo quitarle la vida a cada uno de ustedes que me observan como jueces. Inquietantes Cesares de Roma, que bajan o elevan el pulgar ante mi destino. ¿Ustedes si pueden reputar quién soy? ¿su conciencia esta lo suficientemente pulcra y libre de toda inquietud? Verdaderamente lo dudo, quien osa arrebatar de la vida a alguien que se la cedió a otro, solo es un insulso cobarde.
Yo, hablando de moral, se cuestionaran entre murmullos; si, así como ustedes hablan de mí, en los periódicos; me ponen apodos que rebajan lo que soy, aunque no he de negar que resultan en un halago maldito, que hace que me fortalezca. Mientras comparten su mísera existencia en las redes sociales, yo me rio de su decadencia y cinismo, pues poco les importa lo que sucede allá afuera, ¿o sí? No son mas que un grupo de soquetes, con hermosos vestidos, que susurran entre ustedes y me siguen viendo horrorizados, porque yo si soy capaz de mostrarles la basura que guardan entre sus telas de alta calidad.
No vine del mismo regazo que ustedes, yo nací entre la inmundicia, las ratas sarnosas y pulguientas de las alcantarillas; fui creado para destruir desde el momento de mi fecundación, no necesito más de esto, no requiero darles mayor explicación. Intuyan mi origen, menciónenme con los nombres que deseen; soy una bestia, un ser del inframundo que busca venganza, un demonio de alas atemorizantes que destruirá todo a su paso; tengo listo un plan que efectuare ante sus miradas perplejas.
¡Demos comienzo a este espectáculo! Estimados payasos, animales rabiosos, malabaristas de quinta, mientras yo dirijo este entretenimiento, como la maestra de ceremonias que soy.
No teman, les contare todo hasta el final. ¿Les apetece?
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Eterno carmesí.
Mystery / ThrillerEsta novela corta de alrededor 15 capitulos; sugiere ser, para el espectador, la manera mas certera de entrar en la mente de uno de los personajes mas oscuros que me he atrevido a narrar, hasta el momento. No es una historia dulce y mucho menos pret...