Introducción

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Durante más de veinte años me he ganado la vida haciendo reír a la gente: hago que se rían de sí mismos, de los demás, de la familia y los amigos, y sobre todo, del amor, del sexo y las relaciones. Mi humor tiene raíces en la verdad y en la sabiduría — el tipo de sabiduría que genera vivir, observar, aprender y saber. Muchos me dicen que
mis chistes llegan a la gente porque es fácil identificarse con ellos, especialmente los que exploran la dinámica entre hombres y mujeres. No deja de asombrarme lo mucho
que la gente habla de las relaciones, piensa sobre ellas, lee, pregunta y hasta se mete en ellas sin tener ni la menor idea de cómo hacerle para que resulten. Si algo he aprendido en mi viaje por este mundo de Dios es: a) demasiadas mujeres ignoran todo acerca de los hombres
b) los hombres se salen con la suya en muchas cosas dentro de la relación porque las mujeres nunca han entendido cómo
piensan; y c) tengo información de primera mano para que esto cambie.
Lo descubrí cuando mí carrera se expandió al radio con el programa matutino El show de Steve Horvey; hace tiempo, cuando vivía en Los Angeles, había un segmento
llamado "Pregúntale a Steve", en él, las mujeres llamaban y preguntaban cualquier cosa acerca de las relaciones.
Cualquier cosa. Pensé que por lo menos, "Pregúntale a Steve" me daría material para algunos chistes, y al principio eso era para mí, materia prima, pero no tardé mucho en
descubrir que mis radioescuchas, mujeres en su mayoría, pasaban situaciones nada cómicas; tenían docenas de necesidades y preocupaciones en sus vidas, problemas por resolver: salir con hombres, falta de compromiso por parte de ellos, dificultades familiares, sueños para el futuro, espiritualidad, complicaciones con los suegros, autoimagen, envejecimiento, amigos, balancear la casa y el trabajo,
educación... M ñe preguntaban sobre todos los temas imaginables. Y encabezando la lista de los asuntos sobre los que
querían saber estaban — ya lo adivinaste— los hombres.
Mis oyentes mujeres querían respuestas respuestas que las ayudaran a obtener de las relaciones, por lo menos lo mismo que ellas estaban ofreciendo. En esos segmentos
de "Pregúntale a Steve", y ahora en las "Cartas fresas", espacio dedicado a este fin en la nueva versión de El Show de
Steve Harvey, las mujeres han dejado en claro que buscan un intercambio equitativo con los hombres; quieren que su amor sea recíproco, que sea devuelto en la medida que lo ofrecen; quieren que su vida romántica sea tan satisfactoria para ellas como para ellos; que las emociones que ponen a todo volumen, obtengan respuesta con la misma intensidad; que la relevancia que otorgan al compromiso sea mutua,
algo valorcido y respetado. El problema común a muchas radioescuchas es que no se sienten correspondidas, por lo que terminen decepcionadas, disminuidas y desencantadas con sus relaciones fallidas.
Cuando se acababan los chistes, cerrábamos el micrófono y apagábamos las luces del estudio, y yo pensaba en aquello que las mujeres me preguntaban día con día, me quedaba increíblemente perplejo porque aunque se supone que mis oyentes mujeres tenían algún tipo de experiencia con los hombres ya fueran amigos, novios,
amantes, esposos, maridos, padres, hermanos y colegas ,
genuinamente deseaban saber cómo obtener el amor que necesitaban, querían y merecían. Concluí que las verdades
que buscan nunca les parecen tan obvias como nos parecen a los hombres. Aunque traten, las mujeres no saben qué hacer con nosotros.
Con esto en la cabeza, dejé de hacer chistes y me puse a escuchar de verdad a mi público. Con mis respuestas comencé a develar cierta sabiduría sobre los hombres, sabiduría obtenida a través de trabajar durante más de medio siglo tras un solo objetivo: ser un hombre. También me he pasado muchísimas horas conversando con mis amigos, todos hombres. Son atletas, estrellas del cine y la televisión,vendedores de seguros y banqueros, hombres que manejan
camiones, entrenadores de equipos de básquet, ministros y pastores, instructores de boy scouts, gerentes de tiendas, ex
convictos, presos, y sí, hasta vividores. Hay una verdad muy obvia acerca de cada uno de nosotros: somos gente simple que piensa de forma parecida.
Al filtrar mis respuestas a través del lente por el que los hombres perciben las relaciones, las mujeres de mi público comenzaron a entender por qué las complejidades y los matices que traen a sus relaciones con el sexo opuesto, no las ayudan en nada. Les he enseñado que esperar que un hombre responda como lo haría una mujer nunca funcionará. Han comprendido que si se acercan a los hombres con una visión clara de cómo relacionarse en los mismos términos, en el terreno masculino, conseguirán lo que quieren.
De hecho, mis consejos para la gente que me llamaba al show adquirieron tal popularidad que mis fans (hombres y mujeres) comenzaron a preguntarme cuándo escribiría un libro sobre relaciones, algo que ayudara a las mujeres que quisieran una relación sólida y comprometida, a conseguirla, y ayudar a los hombres a prepararse para ser reconocidos por lo que están dispuestos a dar en una relación así. Tengo que admitirlo: al principio no veía la
utilidad de escribir un libro de relaciones, después de todo, ¿tenía algo importante que añadir a lo que ya decía en las conversaciones que sostenía con mi público, un público de millones de oyentes? Y más importante, ¿quién me tomaría en serio? Caray, ni siquiera soy escritor.
Pero me puse a pensar en las relaciones que he tenido en la vida, hablé con mis amigos hombres y algunas de mis colegas mujeres y armamos algunos grupos de trabajo informal. Consideré el impacto que las relaciones han tenido sobre cada uno de nosotros y, especialmente, en mí. ¿Mi padre? Estuvo casado con mí madre sesenta y cuatro años. Mí madre fue invaluable para él. Y ella fue invaluable para mí, la persona que más me ha marcado en la vida. Igualmente valiosas son para mí mi esposa y mis hijas. De hecho, mis niñas y mi preocupación por su futuro me inspiran a hacer esto.
Ellas crecerán con los mismos sueños que tienen la mayoría de las mujeres: el esposo, los niños, la casa, la vida feliz, el amor verdadero, y deseo desesperadamente que se ahorren ser confundidas y engañadas por los juegos que los hombres han inventado para perpetuar su avaricia y egoísmo,
la avaricia y egoísmo que le mostramos al mundo antes de convertirnos en los hombres que Dios quiere que seamos. Yo
sé (por mi madre, por mi esposa, por mis hijas y los millones de mujeres que me escuchan por la radio cada mañana) ,
que ellas necesitan una voz, alguien que las ayude a lidiar con todo tipo de trucos y engaños para obtener aquello que realmente anhelan. Concluí que podría ser el tipo que desde el otro lado de la cerca díga: "Les voy a contar los secretos,
la verdad acerca de los hombres, las cosas que desearíamos que ustedes supieran de nosotros, pero que no podemos revelarles, o perdemos..."
En suma, Actúa como dama, pero piensa como hombre es como una especie de instructivo para jugar. No sé si recuerden que hace algunos años los Patriotas de Nueva Inglaterra fueron protagonistas de uno de los escándalos más sonados de la historia de la NFL, y es que los investigadores de la NFI descubrieron que habían grabado videos de las prácticas y aprendido a leer los labios para pronosticar las estrategias de sus adversarios, acción que les dio una gran ventaja ante sus rivales. Estas trampas sucias del equipo, equivalían a leer las instrucciones de los rivales. Con esta ventaja ganaron muchos juegos.
Es por algo así que deseo que muchas mujeres lean 'Actúa como dama, pero piensa como hombre', quiero que todas las mujeres que quieren una relación sólida y no saben cómo lograrla, y aquellas que ya están en una relación pero que ignoran cómo mejorarla, se olviden de todo lo que han aprendido acerca de los hombres: que
borren los mitos, las herejías, lo que mamá dijo, lo que las amigas opinan, los consejos de revistas y televisión, para que conozcan aquí, en estas páginas, cómo son los
hombres. Los hombres cuentan con que las mujeres sigan aceptando los consejos de otras mujeres, que desconocen nuestras tácticas y la forma en que pensamos. Actúa como dama, pero piensa como hombre lo cambiará; si sales con alguien y quieres que la relación progrese y se consolide, este libro es para ti. Si estás en una relación comprometida y seria, y quieres el anillo de compromiso, este libro es para ti. Si estás casada y quieres recuperar el control
y reforzar los lazos, o si estás cansada de que jueguen contigo, usa este libro como herramienta, toma cada uno de los principios, reglas y consejos incluidos en esta guía (práctica y pragmática) y úsalos para anticiparte a los planes de los hombres, y responder con una ofensiva y una defensiva imparables. Porque créanme: el instructivo con el que cuentan está pasado de moda y los juegos son obsoletos; de hecho, la mejor arma de su arsenal, esa que las hace pensar que pueden entrar en la vida del hombre y "cambiarlo", es la menos útil, ¿por qué? Porque no importa lo que otras mujeres griten desde las portadas de
las revistas, o lo que se digan unas a otras cuando se van de viaje, o lo que se escribe en los blogs de aquí a Tombuctú: hay cosas básicas de los hombres que nunca van
a cambiar. No importa qué tan buena seas para él o qué tanto le convengas, hasta que logres comprender cómo le funciona la mente, qué lo empuja, qué lo motiva y cómo ama, serás vulnerable a sus engaños y a los juegos que los hombres juegan. Este libro te permitirá saber cómo le funciona la cabeza, y podrás adaptar su manera de jugar a tus planes, tus sueños, tus aspiraciones; lo mejor es que serás capaz de deducir si planea quedarse contigo o si sólo te está usando.
Así que, actúa como una dama, pero piensa como un hombre!

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2019 ⏰

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