Té & Café || ¡Osomatsu-san! Fic

Miel

- A-ah... yo – Ichimatsu comenzó a ruborizarse ligeramente al notar las manos de Karamatsu en su cintura, sosteniéndolo por sobre el suelo – E-estoy bien. Puedes soltarme.

Karamatsu reaccionó a la voz de Ichimatsu, se había quedado hipnotizado por la cercanía, Ichimatsu tenía largas pestañas sobre esos bellos ojos amatistas y su piel parecía suave, quería admirarlo por más rato.

- Ah!, lo, lo siento – Suavemente bajó a Ichi al suelo alejándose un poco del rostro del contrario, habían sido suficientes emociones en un corto tiempo.

- Hah...– Suspiró Ichimatsu ya calmado – Este no ha sido mi día, no tenías por qué meterte en todo ese lío. – Sonaba molesto, pero en realidad se sentía culpable por no ser capaz de mantener todo bajo control por su cuenta.

- Eeeh, supongo que no, lamento entrometerme pero, parecía algo serio – Comentó Karamatsu rascando su nuca. Ahora Ichimatsu se sentía culpable por quejarse, demonios.

Un silencio raro se formó en el pequeño cuarto, afortunadamente, hasta que fueron interrumpidos por alguien que tocaba la puerta.

- ¿Ichimatsunissaan? ... ¿Esta todo bien?

- Si!, ... ahora salgo Jyushimatsu – Respondió rápidamente poniéndose de pie, aunque la verdad no deseaba salir aún, no con los clientes cuestionando qué es lo que había pasado. – ... eeh, supongo que es hora de salir.

Karamatsu rió suavemente algo incomodado.

- Sí.

Al salir ambos del almacén se encontraron con las miradas de la poca clientela que aún permanecía ahí.

-Ah ... tengo que irme – Karamatsu vió la hora en un reloj de pared, sus escasos minutos de descanso estaban por terminar – supongo que ... nos vemos luego.

Ichimatsu asintió odiandose internamente por quizás haber arruinado aquel momento. Al obtener la respuesta Karamatsu salió del local ignorando las miradas de los presentes, incluidos Jyushimatsu y Homura, dejando atrás a un Ichimatsu algo perdido, entender las emociones de los demás era difícil.

- ¿Estas bien? – Preguntó Jyushimatsu al verle con la mirada perdida.

- Si, si, claro, perdón por preocuparte – Contestó calmado al fin.

Por supuesto esto no convenció a Jyushimatsu, pero puesto que aún había trabajo que hacer, lo dejaría en paz por ahora. Ambos volvieron al trabajo pidiendo disculpas por el alboroto a lo que la mayoría de los clientes, clientes frecuentes, aceptaron las disculpas diciéndoles que no había ningún problema.

Así continuó la tarde hasta el anochecer, todo el rato Ichimatsu continuó distraído, pero ¿cómo no estarlo? ahora tenía problemas más grandes, acababa de prometer una cita a un ser desagradable, y aunque no planeaba hacerlo, ¿Qué otra opción tenía?, sumado a que también había creado una situación incómoda con el que ahora consideraba su crush.

Suspiró.

- Ichimatsu? – La voz de Homura le hizo reaccionar, ya había oscurecido y ahora simplemente guardaban los banquitos y limpiaban, pero la mirada que le dedicó la novia de su amigo era de preocupación.

- Perdón, estoy cansado – contestó desviando la mirada, realmente no quería molestar a más personas con sus problemas.

- Claro, pero sabes qué puedes contarnos cualquier cosa y estaremos aquí para ti, ¿Okay? – Sonrió Homura. No existía ser más puro que ella y todos lo sabían, supuso que confiar en ella estaría bien, sobretodo en temas como el chico de traje azul, así que tomó uno de los banquitos y lo colocó frente a una de las mesas.