Teen Wolves [En Edición]

Royally fucked

Casper bajó del auto de Stefan y se despidió del vampiro con la mano para entrar a la escuela. Al ocupar su asiento en el nuevo salón, Cas se puso cómodo, sacó una libreta, una pluma y se puso a garabatear en ella el nombre de la clase, del maestro y alguna otra tontería que se le viniera a la mente. Fue en ese lapso de tiempo que comenzó a escuchar los murmullos de sus nuevos compañeros.

Entre varios de esos mismos murmullos pudo escuchar los habituales, que eran "¿Ese no es el niño Hale-Stilinski que quedó huérfano?", "es súper raro", "nunca se junta con nadie que no sea su familia, siempre se cree el mejor". Eran los más típicos de todos. También estaban los que criticaban su apariencia, su comportamiento y otras cosas que hacía o no hacía cuando estaba en clase.

A este punto, realmente ya estaba acostumbrado a que todos le miraran con ojos prejuiciosos, aunque en realidad no sabía la razón de porqué sólo él era el objetivo de esos comentarios y no sus demás primos. Pero claro, tal vez era por su cabello violeta, o el raro brillo de su piel casi imperceptible para el ojo humano, o el hecho de que no tenía padres. Suspiró con cansancio y derrota por milésima vez, para después prestar atención a la entrada del profesor nuevo porque este año tomaría clases avanzadas.

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Se reunió con sus demás primos en el árbol favorito de todos a la hora del descanso. Todos charlaban amenamente, hasta que uno dijo:

-Shh, alguien dijo Hale -todos se callaron para mirar al chico rubio-. Oh... están hablando de Casper -susurró con una mueca, porque todos sabían que si alguien hablaba de Cas era para decir algo despectivo sobre el niño.

-¿Tan rápido? -se quejó Cas-. Es tan sólo el primer día, maldita sea. ¿Acaso no pueden esperar más de un día para tirarme mierda?

Nadie mencionó una palabra, simplemente se pusieron de pie, dejando a Casper en el árbol, para ir hacia la fuente de la voz. Cas se puso de pie rápidamente, porque sabía que si no detenía a los chicos, ocasionarían una pelea enorme de la que todos sospecharían, porque sus primos eran lobos y obviamente ganarían. El niño brujo soltó un sonido de exasperación cuando el más mayor de sus primos amenazó a la chica que había estado hablando mal de Casper.

-Olvídalo, Luke, vámonos, no vale la pena -urgió el brujo a su primo. El recién mencionado amenazó una última vez a la chica, para después irse con todos los demás Hale-Stilinski flanqueándolo.

-No entiendo por qué no te defiendes, Casper. Me desesperas.

-Porque no tiene caso, siempre seguirán hablando de mí sin importar lo que yo haga. Simplemente los ignoro y ya.

Y aunque a todos les costara admitirlo, era verdad. Nadie dejaría de hablar sobre Casper ni aunque el chico se intentara defender. Lo único bueno de toda la situación era que nadie se atrevía a bullearlo por miedo a lo que les fuera a pasar, todo se basaba en rumores y murmullos sobre el niño y nada más. Desgraciadamente, así eran los humanos.

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Damon encontró al niño brujo absorto en la imagen de sí mismo que aparecía en la pequeña proyección de su smartphone. El chiquillo tenía el ceño fruncido mientras rotaba con su índice la proyección para inspeccionar la foto tridimensional. Lo observó hacer una mueca cuando hizo zoom en una parte específica de su rostro. Su curiosidad, o más bien su incredulidad, quedó aún más capturada cuando el chico hizo un sonido de disgusto para después borrar con un ademán de su mano la foto.

-¿Mala iluminación? -le preguntó. Casper dio un salto del susto-. Lo siento.

-No te preocupes.