Prólogo

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Si pudiese describir a Taehyung con una palabra, esa sería raro, muy raro. Para los dieciocho años que tenía, era demasiado introvertido. Se supone que la etapa de la adolescencia le haría rebelde, todo un descontrol de hormonas, y puede que también demasiado inmaduro, pero era todo lo contrario a lo que su madre había esperado; paciente, callado, educado, y era más, jamás habían hablado de temas personales como las personas que le gustaban, y eso quizás era porque Taehyung no tenía ni el mínimo interés en nadie. Su familia no se quejaba, no podían de hecho, porque ni si quiera tenían tiempo de encargarse de Taehyung, así que ese cargo fue para la hermana de su madre, su tía Byul. Al contrario que su madre, era toda una arpía, siempre trataba de inculcarle a Taehyung los peores valores que podría tener una persona, como por ejemplo sentir desprecio por todos aquellos seres de clase inferior.

La familia Kim era dueña de los mejores vinos de todo Corea del Sur, y como era de esperar, tenían una gran fortuna entre sus manos, una muy merecida. Eonjin, su madre, siempre había estado ocupada al igual que su padre Jeongyu, el cargo de ser jefes de una gran empresa les dejaba sin tiempo para hacerse cargo de Taehyung, así que por eso, Byul se encargaba de aquello. Se suponía que iba a enseñarle a respetar, a ser amable, justo como era de pequeño, pero con el paso del tiempo, su alma se había vuelto corrupta. No soportaba a aquellas personas que tenían menor inteligencia que él, y mucho menos sin clase, incluso se podría decir que les hacía la cruz a todas aquellas personas que no tenían ni un mísero céntimo. Sus padres trataban de controlarle, de reeducar lo que ya había sido educado, pero nada servía. Pero Taehyung sabía dar la buena cara, sabía como ser un ángel delante de todas aquellas personas que compartían fortunas tan inmensas como la suya, jamás iban a verle menospreciar a un vagabundo, y mucho menos diría que le repugnaban, así que hacía ese maravilloso papel de niño bueno, llegando a decir cosas como, - '' Ojalá que todas esas personas pudieran tener una parte de nuestras fortunas... ''

Cuando sus padres ya podían estar con él todo el tiempo posible, era demasiado tarde, nada iba a arreglar el tiempo de su vida donde le faltaban esos seres queridos que eran tan importantes para él. Taehyung pensaba que sus padres cometían errores constantemente, uno detrás de otros, pero no se imaginaba aquella atrocidad que habían cometido. Estaba perplejo ante ellos dos, quería gritar, tirar todo lo que se pusiera en su camino, porque no creía lo que estaba oyendo...

Un chico huérfano entraría en su vivienda como casa de acogida, y era más, estaría allí hasta cumplir la mayoría de edad para que pudiese formarse y encontrar una vida totalmente estable. Estaba a cuadros, totalmente rojo de la rabia e ira que se acumulaba en las venas de su rostro. Le declaró la guerra a sus padres y aquel pobre chico el cual todavía no conocía. Le habían advertido de que vendría en una semana, de que tendría todo ese tiempo para mentalizarse, y pensar en que tenía que portarse bien con aquel chico.

No iba a hacerlo, no iba a hacer nada de lo que le dijesen, no iba a portarse bien, no iba a obedecer, y mucho menos compartir sus cosas con él, lo único que pensaba era en hacerle la vida imposible a Park Ji Min.

THE UNKNOWN GUEST ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora