Abrió la cajita y dentro había un anillo aún más hermoso que el de Dean, este tenía una piedra al centro y en la argolla tenía aún más diamantes incrustados. ¡Santo Dios! Nunca me había sentido tan emocionada y tan asustada, a pesar de que no era la primera vez que me lo proponían. Sentí una ola de nerviosismo y calor recorrer todo mi cuerpo y sonreí. Una lágrima salió por mi mejilla.
- Me encantaría, ¡Sí! –le dije emocionada. Él sonrió a más no poder y sacó el anillo de la cajita me lo puso en el dedo anular y luego me abrazó.
- Te amo –susurró antes de besarme.
- Yo más –dije y lo besé - ¡Matthew Espinosa!
- ¿Dígame futura señora Espinosa?
- Voy a mi nueva vida, voy a un nuevo continente, voy a un nuevo mundo a conocer y tú ya me enganchaste…
- Vas a un nuevo mundo a casarte –dijo sonriente- Lo mejor de todo, es que te vas a casar… conmigo.
Le sonreí y lo abracé, luego de la propuesta de matrimonio fuimos a caminar por la cubierta, le dimos una vuelta completa y de vez en cuando nos encontrábamos con los chicos, pero nadie notaba el anillo y nosotros no decíamos nada.
Luego llegamos a la parte donde nos sentamos aquella primera noche, pusimos los pies bajo el barandal y nos pusimos a observar la inmensidad del mar que nos rodeaba.
- Es una noche especial… -dije sonriente.
- Sí… -dijo él.
- ¿Ya notaste que hoy le pediste a mi padre darte permiso de que saliera conmigo como novio… y ya soy tu prometida?
- ¿Crees que se enoje?
- La verdad no lo creo –me encogí de hombros- y si se enoja… de rato se le quita…
- Eso espero… no soportaría que te separaran de mí, ahora ya no lo soportaría.
- Yo tampoco quisiera ni soportaría estar lejos de ti… -susurré.
Él se me acercó para besarme nuevamente.
- ¡Qué asco de pareja! –gritó una rubia detrás de nosotros.
- ¿Kelly? –se preguntó Matthew. Ella se tambaleaba, a penas y podía estar de pie, Matt y yo nos levantamos.
- ¿Qué a poco ya te olvidaste de mí? –dijo la chica. La verdad me daba un poco de lástima.
- Kelly estás ebria –dijo Matt un tanto preocupado.
- Matthew… tú me prometiste que lo intentaríamos…
- Y lo intentamos… pero yo no te amaba Kelly, ya no… lo siento mucho pero así es –sentí felicidad, pero a la vez sentía algo de pena por ella.
- Qué rápido te olvidas de uno…
- No… de hecho me costó trabajo sacarte de mi cabeza… pero cuando vi que no eras la única en el mundo que me podía amar, como yo lo hacía… supe que ya no eras nada para mí.
Ella estaba por contestarle pero estaba tan ebria que vomitó todo lo que traía adentro. Me dio asco y lástima. Me acerqué a ella y sostuve su cabello mientras ella tiraba todo lo que traía por la borda. Matthew estaba a mi lado.
- Vamos a llevarla a su camarote –le dije a él.
- ¿Segura que quieres ir? –preguntó- Puedo ir solo, no tienes que ir tú.