—¿Hola?
Se ve confundida, sin saber que decir o hacer, mira para atrás de ella para ver si le hablaban a alguien más, pero no se encuentra nadie allí.
—¿Cómo estás, cariño?—murmura con media sonrisa el de pelo negro, y siento una corriente que le decía que algo estaba mal.
—Yo... Bien, debo, debo irme.
Guardo mis cosas en movimientos rápidos y salgo rápidamente del aula entre la multitud que quería salir ya de la clase.
Suspiro antes de guardar mis cosas en mi casillero y quedarme con las manos vacías, corro un poco de cabello que me caía en la cara y me impedía ver mientras caminaba hacia la cafetería del colegio.
Al entrar, siento varias miradas, también la de aquéllos chicos nuevos que se encontraban sentados en un rincón, en una de las mesas que nadie usaba.
—Oh, pero miren quien está aquí— murmura una voz chillona y levanto la mirada para encontrarme con Zoe.— ¿Qué haces aquí, ah? ¿No pensarás comer y engordar aun más, no? ¿Cerdita?
Ruedo los ojos en acto involuntario y sigo caminando, cuando siento un jalón en mi cabello y mi cuerpo cae al suelo.
Quiero llorar, en serio quero, pero no me lo permito, estoy lo suficientemente acostumbrada para saber controlarme.
—Cuidado con lo que haces. niña.— ríe sonoramente para que todos la escuchen, quiere llamar la atención y eso ya todos lo saben.
Me levanto queriendo mantener un poco de dignidad y salgo caminando hacia la fila para recoger la comida.
Me siento en mi mesa de siempre, sola, y tal vez como un poco menos de lo que acostumbraba.
De repente, los mismos dos chicos que se acercaron en clase se sientan frente a mi y los miro sin expresión, pero no ignoro el hecho de que la presencia de esos dos me da un escalofrío.
—Ángel, hola, de nuevo.
—Mi nombre no es Ángel, creo que te has confundido de persona.
—Lo sabemos, cariño.— ahora el que habla es el de cabello negro, suena dulce pero irritante a la vez.— oh ¿Comerás eso?—señala mi bandeja casi completa de comida y niego con la cabeza para luego arrimarsela.
—¿Qué quieren?
Si, sueno enojada y molesta, pero no me importa, no dejo de tener esa sensación de que estoy en peligro y de verdad quiero volver a casa y estar sola.
—Nada, cariño, queríamos acercarnos a ti—habla con la boca medio llena y Luke lo patea por debajo de la mesa.
—Ah, bueno, no hace falta, adiós.
Estoy apunto de levantarme de la mesa, pero el rubio puso su mano sobre la mía.—no, quédate, por favor.
Su voz era tan suave, tranquila, pacifica, tenía algo que me hizo volver a sentarse sin despegar la mano de la de él.
-Bien... Eh, no sé entonces que decir.
No iba a entrar en confianza así porque sí, algo en mi gritaba que corra, que me esconda en mi habitación y no hable con nadie.
Nos quedamos en silencio, se escucha solamente el murmullo de la gente en la cafetería y de Nicholas masticando, algo que me resulta ligeramente disgustante, pero no comento al respecto.
No he ignorado el hecho de que nuestras manos siguen juntas, mas nadie dice nada al respecto, y pienso que está bien así porque en serio no le apetece pasar por un momento incómodo.
No pasa demasiado tiempo, cuando Zoe se sienta a mi lado y pasa su mano por mis hombros.- Masa! Amiga! ¿Qué tal estás?
—¿Qué quieres Zoe? Soy Maya, con la letra y.
-Ah! Si lo sé.— ríe nerviosa y con su mano libre se rasca la nuca mientras desvía la mirada a Luke. oh, hola, no te había visto.— su tono suena falso y quiero bufar, pero no lo hace.—eres el chico nuevo, no es así?
Luke asiente y parece que va a hablar, pero Nicholas se adelanta.— olvídalo, nena, no eres su tipo.—hace una pausa y quiere reírse de la cara que se le ha quedado a la rubia.- ella si lo es.- con la cabeza me señala y sonríe, pero me quedo en mi lugar quieta, más que nada porque siente como Zoe está apretando uno de sus hombros sin cuidado.
—Ah! Que gracioso eres! Solo pasaba a ver a mi amiga querida, no ha coquetear.— sonríe y todos notan la falsedad en sus palabras.—me las pagarás.— murmura en mi oído y me suelta para levantarse e irse.
Me toco el hombro y suspiro, estoy cansada y ni siquiera he llegado a la mitad del día.
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Ángel
RomanceLos ángeles más fuertes llegaron para quedarse. La historia contiene violencia, lenguaje explícito, escenas de muertes y golpes, por favor, pido su responsabilidad al leerla. Si sientes que es demasiado o que te causa un mal sentimiento, tomate un d...