Matrimonio •• HyunMin •• -αdαpтαcιóɴ

cαpítulσ 7

Cualquier error no duden en decirme 👀 

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Apenas Seungmin le entregó su mano a Hyunjin, este le dirigió hasta su coche donde el pelinegro abrió su puerta para cerrarla luego de que el menor entrara en este.

Seungmin empezó a pellizcar su muslo por los nervios, pensado en mejor rechazar a Hyunjin y regresar a casa para evitar cualquier tipo de problema con su madre y consigo mismo. Seungmin ni si quiera sabia como las personas le tratarían. Pero lo que más le dejaba desconcertado era el simple hecho de que Hyunjin sea así con él.

Como es que un chico el cual conoció en poco tiempo esté interesado con él, que quiera invitarle a salir y peor; confundirle de tal manera. Una la cual Seungmin se confunde y no sabe lo que siente, se siente atrapado por un compromiso el cual él no quiere ser parte.

—No te lastimes Seungmin, quedaran marcas en tus piernas... —dijo Hyunjin apartando la mano del castaño de su muslo para que dejase de pellizcarse —todo saldrá bien, lo prometo. Ella no te hará nada, yo me encargare de eso pequeño —el pelinegro le sonrió y revolvió su cabello haciendo que Seungmin se empezara a sentir en confianza con este.

Seungmin se encogió en su asiento y solo asintió. Empezó a sentirse cómodo con la presencia del mayor, se dio cuenta que Hyunjin era un persona amigable a pesar de su edad y la diferencia entre ellos. Pero Seungmin se sintió una molestia, y todo por el simple hecho de ser un chico contrario a su compañero.

Seungmin siendo una persona callada, tímida e inocente con toda la extensión de la palabra, nada divertido aunque tierno y lindo. Pero Hyunjin, un chico apuesto, carismático, exitoso, caballeroso y maduro, o eso es lo que en verdad daba a pensar para conseguir su objetivo.

— ¿Dónde quieres ir? Podemos ir a comer o solo caminar y hablar, todo lo que quieras lo haré por ti, solo dime —Hyunjin estacionó en una parada de la calle y se volteó hacia Seungmin.

—Donde quieras... estará bien.

—Mmm abrieron una dulcería cerca de aquí, podríamos ir ¡Claro si tú quieres! —Hyunjin notó como los pequeños y lindos ojos de Seungmin empezaban a brillar con solo escuchar la palabra dulces, el pelinegro con solo observarle pudo percibir su respuesta claramente afirmativa.

El camino transcurrió en completo silencio, el mayor observaba a Seungmin de reojo y no podía dejar de sonreír al mirar los edificios los cuales habían cambiado demasiado después de tantos años, ahora gigantescos dando una sensación impresionante. Seungmin se sentía libre, como si la gran carga hubiera desaparecido de sus hombros al salir de esa gran fachada y poder admirar la belleza del exterior sin la necesidad de que su madre esté tras él para que no se desviase de su camino.

Solo sintió como al auto se detuvo de repente, miró al mayor y este solo le sonrió y se bajó del auto para seguido ir a su puerta y abrirle a Seungmin.

Seungmin se sintió especial en ese momento.

Hyunjin tomó la mano de Seungmin, el menor lo sintió y tragó en seco, le miró y sonrió levemente sin saber que decir ante el acto ya que él hacía lo mismo con Yeji, ''Es algo normal'' pensaba Seungmin. Dejó ese tema a un lado y sin soltar sus manos los dos entraron a la gran tienda.

Todo era demasiado colorido, los niños corrían por todos los pasillos llenos de cientos de estanterías con diferentes tipos de categorías de dulces. A un lado de la tienda se encontraban juegos para niños y mesas cerca para que los padres de estos les vigilaran mientras platicaban o comían cerca de los juegos.

— ¿Te gusta, pequeño? —Seungmin instintivamente asintió y le miró a los ojos con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro —Toma todo lo que quieras, anda...