33.- INVIERNO EN EL CORAZÓN [2/2]

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JaeHyun reaccionó rápidamente y le quitó las mantas a SiCheng cuando comprendió que intentaba moverse y estas no se lo permitían, pero no estaba preparado para su reacción aterrada cuando abrió los ojos.

SiCheng se removió desesperado y con violencia, intentando zafarse de su agarre y la vía que aún tenía conectada al dorso de su mano, respirando con dificultad y mascullando sucias maldiciones sin sentido. Ambos forcejearon durante unos segundos, mientras el coreano susurraba el nombre del chino para llamar su atención y tranquilizarlo un poco, al menos para que se detuviera a respirar.

Los gritos y gemidos de SiCheng rápidamente llamaron la atención de las demás personas en el departamento y TaeYong entró corriendo en la habitación, seguido de ChenLe que se limpiaba la boca y los miraba con sorpresa.

—¿Dónde está el calmante que dejó el médico?

—No lo vamos a drogar —respondió tomando el rostro de SiCheng, que había conseguido arrinconarse contra el cabecero de la cama y respiraba entrecortadamente—. SiCheng —susurró su nombre acercándose lentamente y sintiéndose realmente devastado al ver lo frágil y vulnerable que se veía su amigo en ese momento—, Win Winnie, soy yo, JaeHyun.

Por entre sus dedos y a través de un llanto desgarrador, SiCheng dijo algo que JaeHyun no pudo comprender.

—¿Qué dijo? —Escuchó a TaeYong preguntar a su espalda.

—¿Win Win? Estás seguro, no te haremos daño.

—Lo sé. —La voz que escuchó fue completamente desconocida, un tono bajo y vibrante que apenas tenía rastros de la voz de SiCheng, como si llevara semanas enteras sin decir palabra alguna o, por el contrario, hubiese estado gritando hasta desgarrarse las cuerdas vocales. Con movimientos torpes y descoordinados, SiCheng salió de la cama arrastrando los pies—. Debo salir de aquí.

—¡SiCheng!

Antes de atravesar la puerta, ChenLe lo atrapó en un abrazo férreo y le impidió continuar con su huida. Sus esfuerzos para liberarse del menor fueron más débiles que escapándose de JaeHyun, por lo que rápidamente se desvaneció sobre él.

—Mierda.

Con ayuda de TaeYong, ChenLe lo arrastró de vuelta a la cama, que JaeHyun ordenó rápidamente. Esta vez lo cubrieron con una simple sábana y acomodaron los cojines bajo su cabeza antes de percatarse de que tenía los ojos abiertos y no se había desmayado.

—¿Estás bien?

SiCheng negó con la cabeza y se cubrió el rostro húmedo por el llanto con las manos, manchándose con la sangre que había comenzado a correr por su mano izquierda desde el lugar en que la vía fue arrancada por la violencia de sus movimientos. JaeHyun tomó la mano con cuidado, sin mirarle demasiado a la cara y limpió rápidamente la herida con los algodones que estaban en el velador junto a una botella de alcohol y unas tiras de medicamentos que ChangMin había dejado en caso de que despertara y las necesitara.

—Estoy tan cansado —masculló moviéndose para acomodarse y gimiendo a causa del dolor.

Cuando hubo parchado la herida y se detuvo a hacer presión para cortar el sangrado, no supo qué más decir y fue ChenLe quien le quitó el trabajo.

—¿Gege? —El menor se sentó en el otro extremo de la cama, sin atreverse a acercarse demasiado a SiCheng.

JaeHyun, al igual que ChenLe, temía acercarse demasiado a SiCheng e incomodarlo, pero lo que más le atemorizaba era ser rechazado por él.

—Lele, ¿qué haces aquí?

—¿Sabes dónde estamos, gege? —SiCheng negó con la cabeza, sin abrir los ojos—. Estás en el departamento de Johnny hyung y Mark hyung. ¿Qué es lo último que recuerdas?

Rappelle toi que je vis [WinKun/KunWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora