U N O

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En aquellas calles del infierno, de entre medio de la amargura y el dolor el suave caminar de cierta chica se hacía notar.

Las miradas de los demonios se posaban en su cuerpo, y ¿cómo no? Tenía un cuerpo escultural.

Pronto la chica llegó a su destino, y en cuanto estuvo frente al hotel tocó esperando a que alguien saliera, y así paso. Cierta chica de cabellos rubios y piel pálida estaba detrás de la puerta sonriéndole como si se conocieran de hace tiempo.

— Hamm hola? – Pronuncio la peli____ con algo de duda mientras movía su celular entre sus dedos.

— ¡Oh no puede ser cierto! ______  está aquí ¡En el hotel feliz! – Grito llamando la atención de una peliblanca de piel grisacea.

— Amm sí, ¿Puedo pasar ya?

— ¡Oh! Que descortés soy – Rió con nervios mientras le daba paso.

La chica paso admirando el lugar, como si fuera algo nuevo, y así era.

— Y... Dime ¿Ha que sede tu visita?

— ¿Que no es obvio cariño? Vine a hospedarme en tu hotel – Dijo sonriente.

— ¿¡De verdad crees en mi causa!? – Pregunto la rubia con ilusión en sus ojos

— Obviamente no – Pronuncio de forma pausa y con obviedad en su rostro, causando un desanimo en la de piel pálida — Pero quiero intentarlo

—  ¿Porque? – Hablo la de cabellos blancos con indiferencia.

— Hay cosas que no se deben saber – Dió media vuelta y siguió observando hasta que cierto demonio apareció frente a ella.

— Oh, parece que hay clientes – Pronuncio con su voz de radio — Y es una vieja conocida – Sonrió de forma típica.

— Ali – Dijo moviendo su celular entre sus dedos — ¿Que haces aquí cariño?

— Trabajo de caridad, dime ¿Serás la primera en divertirme?

— Sabes bien lo terca que soy cariño – Sonrió con burla

— ¿Y que tienes a cambio?

— Te ofrezco mis servicios.

— ¿Eres una puta? – Del fondo de la habitación un chico apareció.

Uni muy peculiar, era más alto que ella, y bien podría ser confundido por una mujer por la forma de vestir, pero _____ no de equivocaba, camino hasta él y sonrió de la misma forma en que le sonrió a Alastor.

— Si tu quieres sí cariño

— Con ese cuerpo, hasta yo podría volverme hetero.

— No serías el primero cariño, tampoco el último

— Eres una perra – Dijo burlón mientras negaba suavemente con su cabeza

— Lo se cariño, lo se. En fin – Se volteo a dónde estaban Alastor y las otras dos chicas — ¿Que tengo que hacer?

— Aún no me has dicho que servicios me ofreceras linda

— ¿Cantar para ti gratis no es suficiente? Tendrás a una estrella de la música en tu hotel, aunque bueno, ya tienes una estrella del porno aquí, pero ¿que importa?

Siguió moviendo su celular entre sus dedos sin dejarlo caer, esperando una respuesta.

— ¡Trato hecho! – Grito la rubia exaltando a todos

— No, no cariño, sin tratos.

— Hablo de que puedes quedarte.

— Eso está mucho mejor – Sonrió satisfecha

Redención (Angel Dust y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora