Capítulo 45. Futura Madrastra

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Capítulo 45. Maratón 1/3:

"Futura Madrastra":

–Hola Lindsay –sonrió leve.

Estaba impresionada, mis pulsaciones subieron rápidamente al verla, ¿Qué hace aquí?

Llevaba unos jeans anchos y una polera negra con un paisaje de palmeras que decía Levi's.

Se veía hermosa. Realmente hermosa.

–Eh.. Hola –tutibie–. ¿Quieres pasar? –intenté sonar calmada.

–Por favor –asintió.

Yo me hice a un lado y ella entró al departamento.

–¿Quieres algo? ¿Café, gaseosa, jugo? –pregunté cerrando la puerta.

–No gracias, estoy bien –puso las manos es sus muslos nerviosa. Lo noté por sus mejillas brillosas.

–¿Segura? –dije un poco temblorosa.

–Segura –me sonrió.

–¿Que te trae por aquí? –me abracé a mí misma intentando calmar mi ansiedad por su visita y me acerque un poco a ella.

–Necesito conversar contigo –bajó la mirada.

–Claro, dime –mi estómago estaba revuelto.

–Eh... Bueno no sé cómo comenzar, pero he tenido la necesidad de venir –trago saliva.

–Solo dilo Maca –insistí.

–Sé que te lo he dicho más de una vez Lindsay pero.. perdóname –hizo una pausa, quizá esperando una respuesta pero yo me quedé en silencio–. He cometido un montón de errores y me siento mal conmigo misma. Me siento apenada por haberte hecho pasar por malos momentos, por hacerte sentir que no importas cuando en realidad no es así... Yo te quiero mucho y... te tengo siempre en mi cabeza y en mi corazón. Te hice sentir todo lo contrario de lo que quería... Soy una estúpida –resopló–. No sabes cómo me siento cada día... –bajó la mirada avergonzada, sentí como su voz se quebró en la última oración.

Yo no sabía que hacer o decirle. Solo me quedé ahí petrificada.

–Te lo digo desde el fondo de mi corazón Lindsay –me miró–. Perdóname... Se que no es fácil perdonar todo lo que te hice, pero te hablo con mucha sinceridad cuando te digo que me arrepiento.

–Esta bien –solté–. Ya pasó –acomodé mi cabello incómoda.

–¿Hablas enserio? –se acercó más a mí.

–Habló enserio –sonreí sin mostrar los dientes. No tenía energías para discutir.

Ella se quedó unos segundos en silencio con la mirada baja, segundos que fueron interminables para mí. Me estaba empezando a cuestionar si la conversación había terminado y debía cambiar el tema, pero de pronto volvió a hablar.

–Te amo Lindsay –levantó la vista y clavó sus ojos con los míos. Una mirada profunda, llorosa, débil y arrepentida.

Sentí como todo se me desmoronó por dentro, las manos me sudaron y el corazón me comenzó a latir fuerte.

Anhelaba tanto escuchar eso, lo había deseado por tanto tiempo que las burbujas en mi estómago fueron tan surrealistas, pero sabía que no podía confiar en ella. Sabía que con todo lo vivido con ella no podía creer en sus palabras, porque Macarena para mí era como el viento, lo sientes en toda tu piel, te revuelve el pelo y te estremece el cuerpo, pero se va, es volátil y distante.

–Macarena... No es correcto que me digas esto –seguí abrazándome a mi misma, como si de alguna manera fuera a reconfortarme de mí debilidad.

–¿Por qué? Es lo que siento... Te amo y quizás no me di cuenta antes, pero... –dijo y yo la interrumpí.

Stay With Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora