Prólogo

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-¡Detente! –Gimió Agili-. Sabes cosas que podrían ayudarme a entender lo que me está pasando.

-¿Qué te hizo pensar que te ayudare?, Normalmente no se puede confiar mucho en una vampiresa.

-¿vampiresa?, te refieres a que yo… -hice  una pausa las palabras que venían eran demasiado fuertes para mis oídos-. ¿Soy una vampiresa?

-Sí, deberías de saber que cuando un vampiro de sangre fina y delicada es decir pura, te muerde, pasa eso.

Amaba a Akono pero eso de pasar de ser una Yaka a una vampiresa era algo duro, en ambas circunstancias nunca podría tocar el sol pero, tener que vivir de sangre era un precio muy difícil de poder pagar; Me eche a llorar no estaba segura si era de furia o por nostalgia a todas las cosas que había vivido, nunca volvería a sentir otro latido, nunca.

Yo al descubiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora