Mil heridas tengo, todas distintas, pero cada una cuenta su historia.
Algunas cicatrizadas, otras recientes, estás son las que todavía duelen.
Heridas de toda índole y diferente profundidad unas calaron menos y otras más.
Recuerdo cada una de ellas, con letras y señales, recuerdo el daño provocado, todas sangraban a raudales.
Heridas de guerra, heridas de amistad, heridas de daño ajeno, heridas por amor, cada una tiene su importancia y diferente dolor.
Se cuentan las cicatrices por miles, todo el cuerpo lleno, más pequeñas, más grandes algunas imperceptibles.
Las intento sanar una a una y poco a poco, ya no tengo paciencia y me derroco.
Busco a alguien que me las pueda sanar, pero voy muy lento casi no puedo ni andar.
La única que me puede ayudar es la mujer que me a de amar.
Sigo y sigo buscando, difícil de encontrar.
Y mientras aquellas heridas que no están cerradas siguen sangrado esperando a mi amada.
Ya no busco nada más que con la intención de que alguien me cure mi corazón.
Aquí, arrodillado ya no puedo más como hereje desertado .
Ahora sólo me queda esperar al milagro de que esa mujer aparezca a mí lado.
Y si no es yacere aquí con el corazón destrozado.
A ti me entrego tierra bajo mis pies, pues tú eres la única que sepultura me daréis
