En medio de la oscuridad del bosque, Alastor se quedó sentado apoyando su espalda contra un árbol, mirando a la nada misma por horas enteras. No había nada más que silencio, tal vez uno que otro grillo se oía de vez en cuando. La maleza era espesa y cubría la mayor parte de la iluminación del cielo hacia la superficie de la tierra. Un aspecto muy tétrico del bosque que daba auténtico miedo y malas vibras.
Pero él solo cerró sus ojos tratando de poner su mente en blanco. Las horas siguieron pasando... Hasta que la manifestación de una mujer espectral apareció a su lado, vestida con ropa de la época de los años treinta y fumando un largo cigarro. De a poco, se acomodó los cabellos rubios mientras parpadeaba curiosa con sus ojos completamente negros.
—No te veo hace décadas. ¿Qué te trae por aquí?
Silencio y nada más. Alastor permanecía serio y sin sonreír, tal vez esa expresión tan fría daba más miedo que ver su sonrisa a cada momento. Cerró sus ojos con fuerza cuando la interferencia empezó a sacudir su cabeza y su alrededor, se volvió a sostener con sus manos ambos lados y aplicó fuerza para detenerla. De eso se trataba, dolía porque la estaba deteniendo cada vez que esos pensamientos se cruzaban y le rompían la capacidad de pensar de forma calculadora y fría.
—Oh. No he escuchado esa clase de interferencia en años. Deberías dejarla fluir, la estás forzando a que se detenga.
Mencionó la mujer robusta, soltando un poco de humo de sus labios pintados de color negro. Se cruzó de brazos y alzó su mirada hacia el cielo, hace mucho tiempo esa clase de distorsión sonaba por ella. Pero en otro ámbito diferente y en circunstancias muy lejanas.
—¿Quién es? ¿Un humano? Un demonio. ¿O un alma en pena? Bueno... viniendo de ti, hasta puede ser un ángel caído. ¿Qué clase de alma es? ¿Te la vas a comer? Debe ser poderosa.
Alastor detuvo con más fuerza la persecución que se manifestaba en su cabeza y sintió como sus globos oculares se volvían negros apenas mostrando sus iris color rubí. Las tierras del bosque temblaron cuando la distorsión de la radio se hizo contundente y fuerte. Por más que quería detener ese ruido y cambiar la estación, se hacía cada vez más difícil. La mujer suspiró ignorando como el bosque temblaba como si fuera un leve terremoto.
—Solo deja que la estación se manifieste. Deja de obstruirla.
Se cruzó de brazos sugiriendo una solución práctica, a lo que Alastor se puso de pie y torció un poco el cuello, se sentía como una máquina rota que trataba de sintonizar algo sin que pudiera detenerlo, la estación se corría sola una y otra vez y él quería apagarla a toda costa.
—Si no lo hago, no sé qué podría pasar.
Sus ojos bien abiertos, negros y perturbadores se fijaron en la mujer, mientras él dejaba que su cuerpo emanara un manto de oscuridad y su rostro se volviera estoico y formara una expresión frustrada. Suspiró y le desvió la mirada contemplando las garras de sus manos.
—Odio perder el control.
Susurró sabiendo que su poder a veces podía jugarle una mala pasada, como sucedía en ese momento. Mimzy le sonrió un poco aliviada al poder contemplar un poco más en profundidad de la esencia de Alastor, que mostrara esa faceta era algo que significaba que aún no perdían la confianza que habían ganado hace muchas décadas atrás.
—Lo único que me agrada de tus visitas es que no me sonríes. Tu sonrisa falsa siempre es demostrada hacia todos, menos a mí.
Más interesada que antes, se frotó el mentón y se le quedó mirando con mucha intriga. Alastor se colocó una mano en la cintura, sin molestarse en mirarla a los ojos y muy concentrado en sus propios pensamientos como para prestarle atención a sus palabras.
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Don't call me angel [ RadioDust ]
FanficNo me digas que soy un ángel cuando soy un desastre. No lo digas cuando me quito la ropa. Sabes que a mí, no me gusta eso. Yo gano mi propio dinero y extiendo los cheques. Así que dí mi nombre con respeto. No puedes pagar mi precio. Estás estudiando...