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Elsa

La brisa fría de la mañana movía mi cabello suavemente mientras chocaba contra mi cara dándome una sensación relajante y de paz, aunque aún así la tensión que sentía no lograba dejar mi cuerpo.

Desde mi balcón miré al cielo y vi que se encontraba nublado, como siempre ha sido desde que nací, sin importar la estación del año, desde que tengo memoria es así, para mi y para todos los que no vivieron antes de que el amo de la oscuridad dominara al mundo.

No conozco el sol, ni las estrellas y mucho menos la luna, de la cual por decreto de aquel tirano se es prohibido hablar.

Desde donde estaba parada se veía con claridad los jardines traseros de la mansión, habían figuras hechas de árboles, variedad de flores, plantas en general, las cuales por alguna razón lograban crecer sin rayos del sol directo, por el lado contrario del jardín estaban los varios vehículos que mi familia poseía por avaricia, además de dos piscinas y un bonito kiosko de mármol blanco con enredaderas y detalles dorados.

También lograba ver uno de los lugares más importantes para mí, al final del camino que recorre todo el jardín, hay un pequeño claro con un césped verde y varios árboles y arbustos rodeándolo, al centro de el se encuentra una lápida, la cual tiene escrito el nombre de mi amado padre. Agnar Arendelle.

Recuerdo que falleció cuando era una niña, fue una semana antes de mi cumpleaños número 10, y hoy es el octavo aniversario de comenzar mi vida sin él, la cual es un total infierno.

A pesar de ser una de las familias con más suerte, gracias a nuestra gran cantidad de dinero, la vida sigue siendo una mierda, tres meses después de la muerte de mi padre, mi madre se casó con un hombre al cual nunca consideré de la familia, y desde ese mismo momento él y su hijo Hans comenzaron a vivir acá, a pesar de que mi hermana gemela, Anna y yo jamás estuvimos de acuerdo, ni siquiera ahora.

Sin saber cuánto tiempo estuve pensando entro a mi habitación y miro mi teléfono para saber que hora es ya que hoy sería mi primer día de Universidad.

7:02 am. Una hora pensando.

Entro al baño de mi habitación para tomar un baño de no más de 10 minutos. Al salir voy a mi armario para elegir que usar y termino decidiéndome por una camiseta de malla ajustada negra algo traslúcida con estampados de flores celestes, una falda también ajustada del mismo color que las flores 6 dedos sobre la rodilla y unas botas de tacón alto las cuales son sobre la rodilla.

Mi cabello lo seco y peino dejándolo suelto, me maquillo con un poco de rubor, máscara de pestañas y un poco de lipgloss para terminar.

Me puse algunos collares y anillos para luego tomar mi bolso con todo lo necesario para hoy, algunos lápices, un cuaderno, mi teléfono, llaves y audífonos.

- Buenos días, hermana - Dijo Anna sentada en el sofá algo triste por el día que es hoy.

- Buen día, Anna. Vamos, hay que ir a por Mérida y Rapunzel para ir a desayunar. - Dije a lo que se levantó y comenzó a caminar hasta la puerta.

- A dónde van? - Dice la voz de mi madre a mis espaldas. - Creí que iban a desayunar acá.

- De hecho vamos con Mérida y Punzie mamá. - Dije incómoda pues Hans y Edgar estaban atrás de mi mamá.

- Bien, pues tengan un buen día, niñas. - Dijo acercándose antes de besar nuestras cabezas.

Caminamos hasta mi convertible negro y conduzco hasta la casa de Punzie, donde ella y Mérida nos esperaban en el pórtico.

La casa era grande pero no llegaba a ser una mansión como la mía, aunque de todas formas Mérida y Punzie vivían bastante bien, especialmente tomando en cuenta que hay gente que vive en muy malas condiciones.

- Están listas para su primer día de Universidad?. - Pregunta Mérida mientras tomaba su latte vainilla pues ya estábamos en un café desayunando.

- Estoy nerviosa pero de todas formas emocionada, sólo espero no estar equivocada con Ingeniería Comercial. - Dijo mi hermana quien estaba comiendo un cupcake de chocolate.

- No te preocupes Anna, estoy segura que te irá bien. Yo sentí lo mismo el año pasado y ahora estoy simplemente enamorada de enfermería. ¿Qué hay de ti, Els? Te veo distraída.

- Estoy bien, Punzie. Estoy de acuerdo con Administración de Empresas, especialmente sabiendo que tendré la ayuda de alguien de segundo año. - Dije mirando a Mérida. - Sólo estoy distraída por mi padre. Lo extraño tanto.

Luego de eso, las tres me envolvieron en un abrazo al cual no pude negarme.

...

- Sabía que la Universidad era grande... sólo que nunca imaginé que tanto.

La Universidad Disneydreamworks era una de las más privilegiadas de la zona, era bastante difícil entrar a pesar de ser bastante económica.

- Vamos al auditorio, luego las llevaremos a sus clases y en el receso les mostraremos el lugar. - Dijo Rapunzel.

- De acuerdo.

De camino al auditorio recordé que tenía que ir a buscar unos papeles a la oficina del director por lo que luego de avisarle a las chicas, camino en dirección al lugar pidiendo indicaciones según avanzo.

Cuando toco la puerta de la oficina nadie responde, y al tratar de abrirla me encuentro con que está bajo llave.

Suspiro - supongo que vendré más tarde.

Al dar media vuelta choco con un cuerpo el cual me hace retroceder unos pocos pasos y probablemente hubiera perdido el equilibrio de no ser por la agilidad que tengo.

- Mierda. - Escucho murmurar al aparente chico con el que choqué.

Vi que se le habían caído unos papeles por los que me agacho para ayudarlo y recoger algunos.

- No!... - Dijo antes de que tomara uno de los papeles.

Al verlo, distingo que es un dibujo, y que en la parte superior tiene una foto que es lo que supongo trata de dibujar. El dibujo era muy bonito y la verdad bastante parecidos, el chico es un buen dibujante, pero mi ceño se frunce al ver que era el boceto.

- Sabes que está prohibido cualquier cosa relacionada con la luna? Es una de las principales leyes. - Dije entregándole la hoja.

- Ley de un régimen injusto en el que el único que tiene poder es la cabeza, ni siquiera las manos derechas tienen voz y voto. - Dijo él.

Estaba usando una capucha azul por lo que no lograba distinguir su rostro. Sólo había logrado ver su piel pálida y ojos azules, pero fue por tan poco tiempo que no lograría reconocerlo sin capucha.

- Cómo te llamas? - Pregunté tranquilamente.

- Mi nombre es irrelevante en estos momentos y probablemente por el resto de nuestras vidas.

- Ten cuidado con eso. - Señale el dibujo - Si alguien lo ve puedes meterte en problemas.

- Lo tomaré en cuenta, aunque, adoro los problemas. - Dijo antes de salir corriendo en dirección contraria a mi.

Que tipo tan extraño. Pensé antes de volver a ir al auditorio.

La era de los nuevos guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora