| 8 |

653 39 4
                                    

2 / 2 

Q u i n t o  c a p i t u l o, los días de hoy:

Algo tan gratificante como respirar, antes de atacar.

━━━━━ ☾☽ ━━━━━

Y si el camino fue corto, no lo notó pues enseguida se quedó dormida una vez que su frente se recargó contra el delgado vidrio de la ventana. Bus, era la pequeña sorpresa de HoSeok para Gi, pues su motocicleta seguía en reparación después de su último y pequeñísimo accidente —nótese el sarcasmo— y no sería entregada hasta dentro de unos cuantos días. No es como si la chica tuviera algo en contra de usar el transporte público, pero simplemente conociendo al personaje que Jung había demostrado ser hasta ahora, sinceramente... bueno, esperaba más. 

A HoSeok no le tomó mucho tiempo verificar que la chica ya iba seguro por el tercer sueño: sus balbuceos y quejas eran audibles hasta el asiento del chofer (y eso que ellos tomaron su lugar en las últimas filas), pero no era su intención despertarla hasta estar próximos de su destino pues por lo que sea que la tuviera así de cansada, merecía un buen respiro.

Él tenía una idea ya de lo que le sucedía, vamos, que tampoco había que ser idiota para notar la tensión no solo entre JungKook y ella en la discusión reciente, sino también con TaeHyung, con el tal YoonGi y recientemente con todo lo que la rodeaba. Era el estrés más profundo que alguna vez presenció en su vida —después de ver a su madre regañándolo por tirar las llaves de la camioneta por el lavamanos—, y aunque con su actitud debía importarle poco, sabía bien que tanta molestia, tristeza e impotencia no era bueno para ningún ser. No se lo deseaba a nadie a pesar de lo divertido que podría llegar a verse. 

Sin embargo, las preguntas seguía rodeando su mente, era cómo verlas flotando frente a sus ojos: ¿qué relación tenía Heung con todos esos chicos?, ¿qué habría sucedido para que la trataran así? 

Sacudiendo su cabeza, sabía que no era de su incumbencia, ¡no lo era! No iba a interesarse por ello, y menos cuando la chica parecía no querer compartir nada con él, ni verlo en persona. De hecho, ¿cómo había logrado que se saltara clases? Debería darse una palmada en la espalda, había sido admirable. 

Realmente no se encontraban lejos del autódromo, el lugar preferido de HoSeok desde que tiene memoria. Y no quería sentirse  egoísta por llevarla a un lugar específicamente dedicado para él y sus gustos, sino que había cierto encanto cuando las luces entraban entre las gradas y el techo y los sonidos del motor inexistente aún hacían eco en las paredes, cuando realmente estaba limpio, solo y abierto al público —referirse a público aquí solamente para HoSeok y sus amigos, claro está—. Y sobre todo por su inmensidad, por lo poco que haría sentir a cualquiera dentro de ese inmenso campo. Eso era lo que deseaba mostrarle a HwanGi esa tarde soleada, en cierta manera un picazón en su interior lo llevaba a pensar que le agradaría el lugar. 

De todas formas, Heung no pasaba desapercibida con ese pequeño porta-llaves suyo que se parecía mucho a un pequeño LaFerrari. Se sentía orgulloso de reconocerlo, solo esperaba no equivocarse, tanto en la pequeña sorpresa como en el pequeño colgige. Quizá habría sido un regalo, quizá su padre se lo había donado o incluso su hermano —si acaso tenía alguno de los dos—, de esa clase de hombres que te dan regalos que significan mucho para ellos, pero que tu no encuentras el gusto particular, pero terminas aceptándolo porque los aprecias y al menos se tomaron el tiempo de comprar algo para ti... Sí, él tenía esa experiencia.

Los árboles comenzaron a esfumarse cada vez más, al igual que la carretera comenzó a volverse más rocosa y el bus bajó de velocidad. Estaban llegando a la última parada posible antes de que el gran auto se desviara, ahora les tocaba caminar. 

until you hate me | k.thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora