08 de agosto, 2012.
Olor a frambuesa y café. Pensó mirando atento aquellos suaves pasos y movimientos, apretando sus labios y cubriendo su pecho con una de sus manos al sentir como su corazón quería irse volando. La música terminó, y se escucharon los diversos aplausos resonar en toda la sala. Sus compañeros gritando y silbando lo sacaron de sus pensamientos, haciendo que se contraiga en su asiento con el miedo de que alguno de ellos lo haya visto admirandola.
Respiró profundo apretando sus labios con el temor aún en su pecho, haciendo que su garganta se seque al verla de nuevo. Sonrió al verla sonreír, aunque ella no lo notara.
Un quejido brotó de su boca mientras sus ojitos se llenan de lágrimas. Sí había sido descubierto. Se apoyó en sus antebrazos y retrocedió lo más que pudo, sollozando débilmente ante el dolor que había en su cuerpo.
— Oww~. ¡Él bebé va a llorar!— se burló Paterson, el mayor del grupo, conocido por ser el más popular del instituto y, por ser el chico que se creía dueño de la chica que alocaba su pequeño corazón. — ¿Quieres que llame a tu mamá, bebito?
El pequeño castañito refunfuñó bajo y se intentó poner de pie, haciendo que los ojos del más grande brillen de odio, quien proporcionó un golpe en el castaño, haciéndolo llorar bajito. Sus ojitos brillosos estaban cansados, pero aún así frunció el ceño, sintiendo los fuertes latidos de su corazón se puso de pie despacio, volviendo a caer por otro golpe del Rubio.
— Michael, déjalo ya. — bramó una voz entre todos ellos. El pequeño que era golpeado alzó la mirada, secando sus lágrimas con su manito, intentando observar, divisando a un pelinegro de ojos azules que se hacía presente, hermano de la chica que le gustaba. — Sólo es...— observó al castaño, diciendo con su mirada que en verdad lo sentía. — Un idiota. No merece tus golpes, ¿Verdad?
Las risas resonaron en todo el salón, y tras un golpe más y un quejido, se alejaron.
— De igual manera nunca ella se fijará en él. — murmuró uno del grupo.
Él castañito se quedó allí, hecho un bollito, llorando en silencio mientras golpeaba su pecho, deseando que su corazón parara ya.
Nota de la autora:
¡Hey, babys!
¡Comenzó el maratón de navidad~!
Bueno, explicaciones raras: sí, tengo algo con los Grier, perdón. Aún así, ¿Quién creen que es el hermano?
Lo dejo a la imaginación de ustedes.
Como dije antes los capítulos son cortitos. No soy buena narrando, así que mil perdones si no lo entienden. Admiren a un pequeño Shawn de catorce añitos(?)
Y ya. Besos, besos.
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Tiempo. [Shawn Mendes.]
RandomEl tiempo es algo que no podemos controlar al igual que a nuestro propio corazón, ya que indefinidamente de qué suceda, no estará en nuestras manos. Te amo, bella lucesita. ¡Este es un especial de navidad de tan solo ocho capítulos!