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Siento que alguien entra a la habitación, se escucha unas risas y de repente lo tengo encima, sus ojos azules me llenan de vida cada mañana, sonríe y yo lo abrazo.

-Mamá, me ahogas.
Dice y yo lo suelto.

-¿Ya desayunaste?.
Niega y yo me incorporo. -Ok es hora de hacerlo, me bajo de la cama y le ayudo a bajar a el dándole la mano ya que tiene la costumbre de saltar de un lado a otro.

Cuando llego a la mesa, Diana, la niñera de Chris, se encuentra terminando de hacer el desayuno. -Viniste temprano hoy.
Digo antes de sentarme en la mesa.

Ella sonríe y niega con su cabeza
- Señora ya son más de las 7 am.

-Bromeas?. Me ha cogido la tarde.
Me levanto lo más rápido que puedo, me meto al baño y me ducho en menos de 3 minutos, con una mano intento vestirme mientras con la otra lucho para secar mi cabello.

En menos de 20 minutos estoy lista, tiempo récord.

-Chris, come tú desayuno por favor.
Dice Diana, Suspiro cuando salgo del cuarto y veo la escena cotidiana de rogarle a un niño para que coma.

-Mami, dámelo tú.
Niego.

-Voy tarde mi vida, come y te traigo algo cuando salga de trabajar.
Niega de nuevo.

-No me gusta la sorpresa.
A sus 2 años ya se le entiende muy bien lo que dice.

-Entonces te comes todo, prometo que en la tarde saldremos a comer helado.
Sus ojos azules se le iluminan.

-Con la tía Betty?.

-Si, y con su hermana.
Sonríe y me abraza.

-Me como todo.

-Es un trato Christopher Kenton y sabes que los tratos no se pueden romper.

-Si Mami.

-Diana, por favor ayúdame a bañarlo, no pude hacerlo hoy, voy tarde.

-Tranquila señora.
Cojo las llaves del coche y mi mochila, en verdad voy demasiado tarde.

-Mami, ¿no desayunas?.

-No, más tarde como algo en el trabajo.
Corre a donde estoy y me da un beso de despedida. - Pórtate bien por favor.
Él sonríe y asciende con su cabeza. 

Cierro la puerta y salgo corriendo, bajo como puedo las escaleras hasta llegar al aparcamiento, tengo menos de 5 minutos para llegar, si llego 1 segundo tarde, me tocará pagar horas extras, Scott se ha puesto un tanto estricto de un tiempo para acá y eso sí que no es muy bueno.

Prendo el coche y en cuanto salgo a la autopista, me encuentro con un trancón aterrador, pienso si caminar o esperar... Igual ya creo que llegué tarde.

~Buenos días bella durmiente. 
Saluda Fernando por medio de un mensaje.

~No tienen nada de buenos, no me despertaste.

~Lo siento, estuve ocupado. 

~Descuida. 

~¿Vienes tarde?.

~Si, y estoy metida en un puto trancón. 

Suspiro, debo tomar si o si otra ruta alternativa así me demoré más. 

Doy la vuelta y pongo a andar el coche a mil por hora. Llegó a tiempo al hospital, me bajo del coche y corro para registrarme. Paso mi tarjeta y respiro.

-Doctora Evans, ya estaba pensando en qué actividad ponerla a hacer esta semana como castigo por llegar tarde, pero tiene suerte, le sobró un segundo.
Dice Scott, pongo los ojos en blanco.

COINCIDIENDO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora