HUELLITAS MAGICAS (ONE SHOTS)

Después del Smut (Ren)

Desde el primer día, la escena se ha repetido muchas veces, llego de la escuela, entro a mi habitación y Ren se encuentra solo con su suéter bicolor y unos boxers de pescaditos puestos, creo que ya se acostumbró y de cierta forma yo también.
Si que me sorprendí el segundo día y el tercero, pero el cuarto y el quinto ya no tanto. Claro, sigo poniéndome nerviosa, pero ahora me preparo mentalmente antes de entrar a mi habitación.
Justo como hoy.

Me quedé parada frente a la puerta, respiré profundo y la imagen de Ren casi sin ropa pasó por mi mente, mi cara se puso roja de solo pensar lo que me estaba esperando del otro lado pero traté de calmar los latidos de mi corazón que retumban en mis oídos, cerré los ojos con fuerza y abrí la puerta, ví a Ren en mi cama, como todos los últimos días, otra vez con poca ropa puesta.

-H-Hola, ya regresé.— Ren asintió con la cabeza al verme. -Hoy tuve un día muy ocupado, estoy feliz de que finalmente sea viernes.— Dije suspirando, mientras él tenía la mirada fija en la ventana, como un gatito.

Tomé ropa del closet y me dirigí al baño con la intención de cambiarme el uniforme, pude notar la mirada sonrojada de Ren cuando entré al baño. Él no había dicho nada desde que llegué y estaba tratando de esconder su rostro, eso era un poco raro, normalmente apenas llego y él está haciendo comentarios sarcásticos o quejándose de que se aburre mucho todo el día solo.

Me ahogo en mis pensamientos y sin darme cuenta ya me había cambiado.
Salgo del baño con mi uniforme en la mano y siento la mirada de Ren, volteo a verlo y él se tapa el rostro con mi almohada, veo su pecho subir y bajar como si tuviera la respiración agitada ¿Por qué?
Me acerco a la cama y me siento en la orilla, pongo mi mano en su espalda cubierta por su suéter

-¿Estás bien?.— Bajó sus orejas y hundió aún más su cara en mi almohada, no respondía, como si tuviera vergüenza de hablar ¿No está haciendo justo lo que no quiere que yo haga?

-Hikari, he estado p-pensando... Que no... No es...— ¿REN? ¿REN ESTÁ TARTAMUDEANDO? La primera y última vez que lo escuché tartamudear fue cuando estábamos en la glorieta, regresó de aquella dimensión y me dijo que yo también le gustaba. Me sorprendí muchísimo pero lo disimulé para no ponerlo más nervioso de lo que ya estaba, me quedé paciente esperando a que terminara su frase - No es justo....—

-¿Qué cosa no es justa, Ren?— Escuché a Ren tomar aire y quitar la almohada de su cara

-No es justo que yo sea el único al que veas casi sin ropa.— Finalmente lo dijo, tan rápido que apenas pude seguirle el ritmo, pude ver su rostro, estaba ardiendo y ahora el mío también, me quedé en shock, ni siquiera podía moverme.

-¿Q-QU-QUÉ ESTAS D-DICIENDO? ¡PERVERTIDO!!— Ren se sorprendió de mi reacción, pero creo que se sorprendió más por lo que dijo, si creía que nuestros rostros no podían arder más, estaba equivocada

-¡¡N-NADA, TONTA, NUNCA ENTIENDES NADA, SOLO OLVIDALO!!— Se dió la vuelta dándome la espalda, cubriendo su rostro con su cabello lo más que podía y yo lo miraba, mi mente no pensaba con claridad ¿Él de verdad pensaba en eso? Es vergonzoso pero... No me desagrada la idea... ¿EN QUÉ ESTOY PENSANDO? ahora parezco yo la pervertida...

-Ren... Tu... De verdad-

-Callate, s-solo olvídalo, no dije nada.— Tomé aire, estaba ansiosa, nerviosa por lo que podía pasar pero... somos novios ¿Verdad? Y verse en ropa interior no es nada raro en las parejas ¿Verdad?

-E-está bien... Hagamos que sea justo a partir de ahora...— ¡¿QUE HICE?! Me deje llevar y ni siquiera pensé lo que respondí, no puede ser ¿Ahora qué haré?

Ren se dió la vuelta lentamente, buscando mi cara, la cual estaba al rojo vivo al igual que la suya.

-¿L-lo dices en serio?— me preguntó casi susurrando, y yo solo pude mover la cabeza de arriba abajo como respuesta. Me levanté de la cama dispuesta a quedar solo en ropa interior, pero mis piernas temblaban, y corazón iba a mil por hora, sentía que mis manos hacían lo que querían y no podía quitarme la blusa, Ren miraba fijamente la parte de mi abdomen que dejé descubierta, pero al ver que yo lo observaba, desvió su mirada apenado, vió mis piernas temblando y me tomó de la mano