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★Esta historia es una continuación de mi historia The promised neverland.” se recomienda leerla para tener una continuación de los hechos ocurridos.

Hace algunos minutos que la puerta se había abierto dejando salir por esta a Norman junto a Mamá quien lo llevaba directamente a su perdición, la castaña pensaba con horror las formas en que podría ser asesinado justo como si dentro de una de sus tantas pesadillas estuviera en aquel momento. No podía soportarlo, no quería vivir si no se trataba de tener a todas las personas que amaba a su lado, no le importo empujar a sus hermanos tan solo hizo lo único que en su mente paso en aquel momento lo cual era correr.

Debía haber una forma de salvarlo, su mente parecía ir a la misma velocidad buscando una solución, buscándolo a él. Estaba entrando a aquel maldito lugar donde se lo llevarían, seguramente una horrible criatura lo esperaba para devorarlo, Rachel no quería eso... ¡No pensaba permitirlo!

— ¡Norman! — aquel grito desgarrador salio de su garganta a la vez que caía de rodillas a algunos metros de aquella reja, estirando su mano hacia él mientras intentaba recuperar el aire que perdió. Isabella se vio asombrada ante algo tan arriesgado de quien era una de sus opciones favoritas para que se convirtiera en la próxima madre de aquel lugar, siempre había visto a la chica como un peón manipulable lo único que no había pensado era que quizás otra mano era quien la controlaba y no ella.

— Tú... No deberías estar aquí... — susurro el albino extendiendo su brazo hacia ella también sin embargo la distancia no permitió que sus manos se tocaran o que ninguno de los dos reaccionara como el otro deseaba al escuchar un sonoro aplauso proveniente de el lugar donde debería estar un demonio a punto de convertirlos en comida.

— ¡Fascinante! No esperaba menos de una calidad tan buena, en verdad servirán... — ninguno de los dos niños reconoció aquella figura como alguien conocido pero parecía un humano común aunque por sus palabras sus intenciones no parecían ser buenas ni en lo más mínimo. Los ojos de la castaña aun continuaban llorosos y su respiración difícil de controlar sin embargo se las arreglo para levantarse del suelo acercándose más.

Si iba a morir, al menos deseaba hacerlo al lado de la persona que ella más quería en aquel mundo. El albino por otro lado buscaba en su mente las formas de sacarla de allí, hacer que vuelva completamente sana a su hogar hasta el momento del escape donde ella debería irse junto a el resto de sus hermanos, debía salvarla de cualquier manera posible.

Sin embargo las jugadas del destino nunca eran como uno esperaba, ambos fueron arrastrados hacia lo desconocido sin poder oponer la más mínima resistencia solamente teniendo como ultimo apoyo para cualquiera que fuera su final la mirada del otro la cual solamente deseaba que ambos estuvieran bien...

The queen of the board Donde viven las historias. Descúbrelo ahora