"PSÍQUICO"

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Luz, calor, vida, no podía pedir más, ese momento era solo para dos, ello dos.

— Gracias por la comida Kyouya — El menor le sonrió.

El mencionado sonrió encantado, ambos habían disfrutando de la platica amena que había tenido, ahora el joven lavaba los platos mientras el espectro con sus energía intentaba tirar la basura en el bote perteneciente.

Al terminar se sentaron en el sillón de pequeños departamento.

— Chicos, Saichi me mando por ustedes — El castaño lo vio con algo de pena, una vez a la semana hacían ese entrenamiento.

— ¿Para que? — Al ver a Koichi supo lo que debían hacer, así que se cambió y camino con el hombre a su lado.

Al entrar vio a Saichi y Hideo, parados frente a una silla vacía.

— ¿Listo? — Pregunto la mujer.

— ¿Tengo opción? — Pregunto con ironía sentándose con un pequeño nudo en su garganta.

— No — Prosiguió la mujer poniendo los sensores en su cabeza y caminado hacia Hideo que no podía verlo a los ojos.

— Bien, delate tuyo hay un sobre, ese sobre tiene una fotografía, nos dirás que vez — El menor trago saliva para intentar deshacerse del nudo que más grande se hacía en su garganta.

Su mano temblorosa se dirigió a el sobre, una vez ahí, cerro los ojos, se concentró y lo vio.













Una cabaña, se adentro más, camino y toco la puerta, sabía que estaba conectado con alguien, no sabía quien era, pero, este lo guió hacia arriba, y ahí unos gemidos de una mujer provinieron, al ver por el rabillo de la puerta una escena de infidelidad, sintió una operación en el pecho, y las lágrimas salieron por sus ojos, pero el dolor se convirtió en rabia de un minuto para otro.

No se quedara así — Sintió como las palabras salían sin querer desde su garganta.

El tiempo pasaba, como si estuviera corriendo en una cinta de película, hasta que paro en una noche.

Despertó en una cama, a su lado, el cuerpo bien estructurado de una mujer de no más de treinta completamente dormida, se paró y camino por la amplia habitación agarrando con fuerza su cabellos resecos y salio caminando con tranquilidad de la habitación, bajo las escaleras de madera y se adentro a lo que parecía ser el sótano, camino nuevamente el con desespero, miles de voces que claramente no eran suyas empezaron a sonar por su cabeza haciendo un horrible sonido el cual lo fatigó por completo, sin más abrió un armario y tomo un rifle.

Con los nervios a flor de piel y con mucho odio camina hacia arriba, cargo el rifle con mucho silencio y observo por la mirrilla, y…



















¡BANG!













Aquel sonido seco dejo un insana sensación de alivio y adrenalina, sonrió y camino con cuidado para ver la obra maestra, la cara de la mujer de horror y sobre todo, aquella rosa roja que brotaba de su frente, quería más, más, más, más de ese sentimiento tan, satisfactorio.

— No por favor, ¡NO! — Él mismo sentía como tomaba con desesperación su propio cabello y lo jalaba bruscamente.

TOW SOULSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora