10. Solo Besos Para El Dolor

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Yugyeom gimió de dolor... Se maldijo así mismo el haber olvidado una fecha tan importante como el inicio de su celo, estaba apunto de llorar de la sola frustración, estaba odiando a medio mundo y a sí mismo. No quería que Hoseok se despertara y fuera a ver cómo se sentía, era lo que menos quería, pero una parte muy al fondo quería que apareciera y lo consintiera y...

Justo hace unos días Seonghwa le había dicho algo relacionado, pero por todo lo sucedido se olvido por completo, cuando comenzó a sentirse mal busco en su cuarto haber si de casualidad tenía algunos supresores, pero para su mala suerte no tenía ninguno. Jadeo, en serio le dolía... 

Sus celos normalmente eran regulares, por lo que siempre sabía cuando le tocaría y era por eso que nunca tenía supresores, siempre se quedaba en casa cuando eso sucedía y no salía, pero ahora no vivía solo, estaba con un sospechoso de asesinato y lo peor de todo es que era un Alfa, rezaba con todo su ser que Seonghwa fuera a salvarlo, pero sabía que sería imposible, su amigo estaría con su cita y no quería molestarlo. 

¿Yugyeom? Oye, ¿estás bien?— se estremeció al escuchar la voz del Alfa, este tocaba su puerta algo aturdido por las feromonas tan fuertes que estaba soltando el Omega— Okey, esa pregunta fue idiota, sé que no estás bien, pero... ¿Quieres que me vaya o...?— olió el aroma de Yugyeom y sonrío un poco, sintiéndose tonto, estaba ocupando todo su autocontrol para no patear la puerta y hacer sentir bien al menor. No podía caer en eso.

Hoseok espero por una respuesta, los segundos eran eternos y casi podía jurar que por cada segundo que pasaba su erección crecía aparte de las ganas de hacer suyo al Omega también tenía tantas ganas de salir corriendo para proteger a su menor, sabía que era agresivo en esos momentos y no quería asustarlo. Cuando se decidió a qué era mejor irse escuchó un grito.

¡No te vayas!— grito desesperado, con todas sus fuerzas se levanto de la cama y fue a quitarle el seguro a la puerta que tiempo atrás había puesto para que el Alfa no entrará, abrió la puerta con sus manos temblorosas y dejó pasar a Hoseok— me duele— lloriqueo aferrándose al Alfa que ahora lo tenía entre sus brazos, este lo posó en la cama de nuevo se quedó a su lado acariciando los cabellos del menor, quería hacerlo sentir bien, sin que sintiera dolor, pero estaba más que seguro que el Omega no querría por eso intentaba controlarse. Quería embestirlo hasta que sus caderas dolieran... Quería devorarlo.

Ya lo sé... Sé que duele— susurro de manera dulce intentando consolar a Yugyeom, pero también comenzaba a dolerle a él. Era algo extraño, jamás se había sentido así con otro Omega o en general con alguien más— sólo cierra los ojos y siente, yo estaré a tu lado hasta que te sientas mejor— tocó su rostro como si fuese de porcelana, no quería dañarlo, no quería ver cómo sus lágrimas bajaban a causa del dolor, solo quería ver esa sonrisa altanera. Suspiro al ver que el Omega le hacía caso, una sonrisa se formó en su rostro y comenzó a acariciar el rostro, detallando cada imperfección con cuidado, también llegó a su lunar que adornaba su rostro, donde lo marco como si fuera lo más perfecto que hubiera tocado. Delineó sus labios sintiendo cada herida, supo entonces que Yugyeom se había estado mordiendo a causa del dolor. 

Yugyeom movió su cadera en un intento para sentir la erección del mayor.

Por favor— susurro Yugyeom, sus ojos querían abrirse y ver el rostro de Hoseok, pero no quería desobedecer, quería por primera vez solo dejarse llevar y dejar que alguien más le dijera que hacer. Jadeo cuando sintió unos dedos recorrer sus labios y estos picaron, quería odiar el momento y echarle la culpa a su celo, pero en realidad eso solo había logrado que bajara sus defensas con el Alfa, defensas que no había querido bajar por miedo, por ver cómo otro Alfa intentaba abusar de su posición, pero al ver como Hoseok intentaba controlarse y hasta era capaz de tocarlo sin volverse un animal causó que Yugyeom al fin aceptara que era un buen Alfa, que tal vez comenzaba a verlo como un futuro...

NO QUIERO SER TUYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora