Capítulo 5. Una carta.

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Domingo, 12:30 pm, Andrés acababa de despertarse, se levantó algo traspuesto y fue a la cocina para preparar su desayuno, aunque viendo la hora que era solo se tomó un café. Andrés vivía solo pero tenía una casa grande de dos plantas, con jardín y piscina por la parte de atrás.

Subió a su habitación para cambiarse de ropa, pero antes abrió la venta para contemplar la mañana, miró hacia diferentes puntos y cuando miró para abajo, zona que desde la ventana de su habitación se veía la puerta de su casa, recordó que anoche vio a un tipo ahí, pero tras observar atentamente vio que ya no estaba y no le dio importancia. Abrió el armario para elegir la ropa que ponerse, estaba indeciso ya que iba a comer con Sandra, pero no tardó en decidir, eligió un traje negro, con camisa blanca y corbata.

Quedaba media hora para encontrase y Andrés vivía a 10 minutos de casa de Sandra, todavía tenía tiempo, entonces salió un momento a la tienda de al lado para comprar y leer el periódico. Tardó poco ya que estaba al lado y cuando volvía a casa paró un momento a ver el buzón, lo abrió y entre algunos folletos de publicidad encontró una carta. Entró, soltó el periódico en la mesa y se sentó en el sofá a leer la carta que decía:

Hola Andrés, son ya muchos años sin vernos y no sé si me arrepentiré de hacer esto pero necesitaba verte, saber de ti, saber como te va, como es tu vida... Pero a parte necesito tu ayuda. El hombre borracho que viste ayer en la puerta era yo, tu hermano, la verdad no estaba borracho pero no me atreví a mirarte a la cara. Sé que quedamos en no volver a vernos más y en no saber más de nosotros, pero ahora te necesito para esto. Te espero el domingo a las 14:00 en el bar de la esquina que hay cerca del parque y te lo explicaré todo.
Sergio Marquina.

Andrés quedó impactado, no sabía cómo reaccionar, se levantó nervioso dando vueltas por la casa sin saber que hacer, había quedado con Sandra a la misma hora que Sergio le había citado. Él necesita ir para saber que era lo que quería Sergio y saber como lo había encontrado, pero ni Andrés ni Sandra habían caído en dejarse el número de teléfono entonces no podía avisarla.
Andrés cogió rápido las llaves y salió alterado, tenía claro que iba a ir al bar para encontrarse con su hermano y lo único que esperaba era que después Sandra lo perdonara.

Eran ya las 14:15 Andrés estaba llegando al bar, y Sandra estaba en su casa esperando a que llegara para recogerla.
- Que impuntual, encima no tengo ni su número. Se dijo Sandra así misma mientras suspiraba.
Pasaban los minutos y Sandra seguía esperando pero veía que Andrés no llegaba, se sintió decepcionada y enfadada ya que estaba segura de que vendría, pero no fue así, y tras ver que pasaba el tiempo y no llegaba decidió cambiarse el vestido que se había puesto por una ropa más cómoda.

Mientras tanto al llegar Andrés al bar antes de entrar se asomó por el cristal para ver si veía a Sergio, efectivamente estaba ahí, igual de inquieto que siempre y tomándose un café. Andrés entró al bar, Sergio estaba sentado de espalda y Andrés se quedó un momento detrás sin saber que decir ni hacer y tras unos segundos decidió hablar.
- Hermanito, sigues igual que siempre. Dijo Andrés riendo.
Sergio se giró lentamente con una pequeña sonrisa y se miraron emocionados
- Bueno ¿qué? ¿Ni un abrazo? Dijo Andrés mientras sonreía.
- Como te he echado de menos. Dijo Sergio. Se levantó y se dieron un gran abrazo.

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¿Qué os va pareciendo?😝🤗

Berlín. Después del atraco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora