Parte #01 - UNA DEUDA QUE PAGAR

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Despertando otra ves a las 3 de la mañana, estoy asustada porque nuevamente he tenido otra pesadilla; a pesar de vivir sola en casa, un hogar que obtuve un par de años atrás gracias a la herencia de mis padres, que decidieron irse de viaje al extranjero por cuestiones de trabajo, ahora no podía dormir tranquila sintiendo la falta de su presencia.
Aún no me acostumbro a la soledad y el silencio sombrío en la casa.

- Otra vez! Rayos! es esa misma pesadilla.

Me levanté estirando y desenrredando las piernas por las sábanas blancas que ya hacían destendidas por mi cama. Fuí directamente al baño a lavarme la cara para verme frente al espejo.

- Por dios! ¿ Qué son estas ojeras oscuras debajo de mis ojos ? No sé en qué momento me salieron.

Analizaba de cerca estirando un poco con los dedos, ese color morado debajo de los ojos, en esa piel blanca pálida por un insomnio mal acostumbrado.

- Odio verme así, todo el día me la pasare con sueño en el trabajo, espero poder aguantar hasta la escuela, esto por culpa de ese horrible y extraño sueño.

Terminando de hablar enjuague mi rostro aunque ya había perdido el sueño en esa noche; intenté recordar el nombre del tipo en el sueño, un hombre con una Moneda Dorada muy brillante, ahí me veía como una anciana de 60 años, sentada en una banca de noche, no me podía mover del lugar, estaba afuera de una casa, mirando hacia la calle disfrutando del viento fresco que me envolvía, como el abrazo sentimental de encontrarme sola aún tratándose de otra pesadilla. De pronto una camioneta negra se detenía en frente de la calle, bajando del vehículo un hombre que se dirigía hacia donde estaba yo por la banqueta, era ese Viejo Carpintero, así se presentó pero su nombre no lo recuerdo, en seguida saco de su bolsillo una Moneda Brillante me la mostró para apostar un volado, ese hombre sin importar cuántas veces lo soñara y volviera a apostar contra él ,siempre me ganaba, sin importar que en diferentes ocasiones cambie el resultado, aún así perdía, el trato de ese hombre era acompañarlo a otro lugar totalmente desconocido para recuperar mi Reloj Del Tiempo a donde todo alrededor, la realidad comenzaba a distorcionarse. Seguido a eso el sueño terminaba.

- Que bien! Acabo de encontrar el gafete de mi trabajo, siempre me da pena que miren la foto de la identificación, porque ese fue mi primer dia que asistí, me daba mucha vergüenza verme, tenía ese pelo largo y lizo de color negro, ahora lo tengo de color castaño claro.

Nombre: Elizabeth. Recepcionista.

Nose porque mis padres me dieron un nombre tan largo para que todo el mundo me dijera Eli.

Todos los días usaba un look semiformal, portando camisas de vestir, con saco negro y pantalones jeans negros formales, porque en el trabajo de recepcionista y asistente personal, me pedían una vestimenta decente y presentable.

- Señorita Eliza! Despierte! ¿ Qué tenemos para hoy? Esta usted bien?

- Si, señor Rubén, discúlpeme, estoy un poco adormecida ya que no he podido consumir el sueño...

- Claro! Insomnio, tranquila, iré a la cafetería y le traeré un rico café cargado, para que ande con ánimos y no se me duerma.

- Gracias señor Rubén, descuide, aquí le tengo la lista de su itinerario.

Don Rubén era el jefe de la sucursal, un señor muy amable que mostraba su humildad regalando un poco de su tiempo y atención a sus empleados. Ese día recibió una llamada, tuve que contestar mientras iba por mi café:

- Hola buenos días! Soy Elizabeth está hablando a recepción del señor Rubén, ¿ Desea programar una cita ?

Pronto una voz de un hombre viejo contestó:

EL RELOJ DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora