Miércoles, 18 de septiembre 2019

12 1 0
                                    

Te vi una vez, en una historia de Instagram y fue como un flash. Sentí que debía conocerte. Incluso hable de ti con mis amistades más cercanas.
Descubriéndote por redes sociales me daba cuenta de que cada vez me gustabas más. Por supuesto, alejado de lo superficial, también sin sustituirlo.
Pero entonces tú aún ni sabías de mi existencia.
Esa semana de antes, exactamente el sábado catorce de este mismo mes mi mejor amiga hablo sobre mi obsesiva e inocente fijación en ti con un amigo el cual ambos teníamos en común.
Fue realmente ahí, en ese preciso momento, donde todo empezó a cobrar en cierto modo sentido.
Comenzaría entonces hoy, miércoles, cuando nuestro amigo en común te hablo para al fin presentarnos. En la barra de aquel pub que habituamos.
La situación era extraña, aún que perfecta. Así que tras lo que fue una breve y clásica presentación y unas cuantas risas por parte de mi mejor amiga nació de mí la manera más cutre de romper el hielo.
Así pues, a ello me dispuse, piropeando tu colgante, ya que llamo mi atención, pues quería saber el porqué una brújula colgaba sobre tu cuello.
Sentía que la noche no había más que empezado, cuando una vez fuera del local nos encendimos un cigarrillo juntos y comenzamos a conversar un poco más.
Mi corazón sigue pensando que no es solo atracción por tu imagen física, sabiendo que se esconde algo grande más allá de lo que la gente puede notar en una primera impresión.
Al fin, decidimos cambiar de local, éramos mi mejor amiga, nuestro amigo, tú y yo.
Y fue ahí donde nuestros labios chocaron por primera vez, como en las pelis, enmedio de la pista de este segundo pub al que visitamos.
Tú tenías sed, eras nuevo en la ciudad, así que no sabías donde encontrar agua a esas horas sin tener que pagar mucho. Entonces te lleve a una fuente cercana.
Nuestro amigo se marchó, ahora solo éramos mi mejor amiga, tú y yo hablando en ese parque, incluso cantamos. Me tumbe en el suelo y entonces tú mano y la mía se encontraron. Cada vez que te miraba no podía apartar la vista de tus hipnotizantes ojos que me inspiraban cada vez más.
Esta noche acabo así, tú te fuiste en bicicleta aún que no sin despedirte.
Deseando volver a encontrarme contigo, hablamos mientras un camión interrumpía esta confusa despedida.

Al día siguiente, cuando desperté, en la pantalla de mi teléfono móvil leí tu nombre y un mensaje así que empezamos a hablar, sin noción de días.

Esa misma semana volvimos a encontrarnos un viernes, sin planearlo. No te dije nada, espere que tú lo hicieras, pues no sabía como sería vernos desde ese miércoles.
No supe reconocer si tú en la distancia me observabas, pero yo si lo hice.
Finalmente nos saludamos, con dos besos, claro. Hablamos unos pocos minutos, no mucho más tarde te marchaste.

Llego el sábado y volvimos a vernos. Esta vez mucho más tarde que las dos anteriores. Tu ibas con tu compañero de piso y yo con mi mejor amiga, ella se puso a charlar con otro amigo, y tú viniste a darme un poco de conversación mientras tanto. Me sorprendiste con un beso frente a la gente que permanecía en la puerta de aquella discoteca de la cual tú salías. Y ahí acabo la noche.

ADORADO DIARIOWhere stories live. Discover now